La historia del beso del futbolista Alberto Lejárraga a su novio granadino
La imagen del exfutbolista del Recreativo con su novio granadino recuerda los prejuicios que prevalecen en un mundo donde no todos pueden amar libremente
Un beso nunca debería ser noticia. Ganar un campeonato, aprobar una oposición o celebrar un cumpleaños y, desbordados por la emoción, abrazar a nuestra pareja ... como si no hubiera un mañana. Es lo más normal del mundo, pero si se lo dan dos hombres en un campo de fútbol copan todos los titulares. Es lo que le ocurrió el pasado domingo a Alberto Lejárraga, actual portero del Marbella y exjugador del Recreativo Granada, cuando finalizó el partido que les otorgó el ascenso directo a 2ª RFEF. Respiró hondo, miró a la grada y salió corriendo. Quería achuchar a los suyos. Allí se encontraban sus padres y otro fan incondicional, Rubén, su pareja desde hace cinco años. También estaban sus suegros y su cuñada, todos felices por el nuevo logro. Esquivó a los jugadores hasta llegar a la grada y besó a su chico. Tan simple como eso. Dos días después, subió una imagen de ese momento a Twitter. Y se ha hecho viral en toda España.
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Alberto no esperaba el revuelo que se ha formado. Sabía que su fotografía podía generar comentarios, pero no hasta tal punto. No le importa: si volviera atrás, la subiría de nuevo. El joven de 28 años no ha querido hacer declaraciones a medios de comunicación. Agradece el interés, pero quiere pasar página. Seguir con su vida normal. En este punto, IDEAL ha podido hablar en exclusiva con su entorno y conocer más de cerca el trasfondo de la fotografía que ha reabierto el debate sobre la homosexualidad en el mundo del fútbol.
La pareja se conoció en Granada hace cinco años. Alberto, natural de Madrid, jugó durante dos años en el Recreativo Granada, filial del conjunto de Los Cármenes, e incluso fue convocado en varias ocasiones con el primer equipo en aquel 2019, año del inolvidable ascenso a Primera División. Allí surgió el amor, pero llevaron la relación con la más absoluta discreción. Después, lo fichó el Real Murcia. Rubén, granadino y enfermero de profesión, se mudó con él. Antes de llegar al Marbella, el madrileño pasó una temporada en su ciudad natal, la mitad del año sin equipo y los otros seis meses jugando en Las Rozas. A la par, Alberto se graduó en Ingeniería Informática, profesión que desempeñará cuando cuelgue los guantes.
El contrato en la ciudad malagueña llegó en 2021. Allí residen actualmente los dos. Aquella discreción que mantenían en los años iniciales se fue diluyendo poco a poco para dar paso a la normalidad. Una pareja que se quiere, que se da la mano cuando pasea por la calle, que se abraza en las reuniones con amigos. Sin embargo, Alberto, poco activo en redes sociales, nunca había publicado nada relacionado con su vida privada. Hasta ahora.
El momento en cuestión se produjo el pasado domingo, cuando su equipo ganó el partido que les llevará directamente a 2ª RFEF. En la grada se encontraban familiares, amigos y parejas de los jugadores. Un grupo de novias y, entre todas ellas, el incondicional Rubén con la camiseta de su chico. Cuando el árbitro dio el triple pitido, la euforia se apoderó de La Dama de Noche, estadio en el que juega el club.
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Una gesto de agradecimiento
Con aquel beso Alberto quería trasladarle a su novio todo su agradecimiento por quererle y acompañarle en los momentos más importantes de su vida. Este martes publicó la instantánea en su perfil de Twitter. Un montaje con Rubén, sus padres, sus suegros y su cuñada, todos los que se desplazaron hasta Marbella para arroparle. «Muchas gracias por estar siempre a mi lado, en las buenas y en las no tan buenas. Esta vez nos tocó vivir lo bonito de esto. GRACIAS», señalaba el texto que acompañaba a la imagen.
El portero era consciente de que publicarlo tendría consecuencias. Algunos comentarios, unos pocos retuits, poco más. Pero se le fue de las manos. «No estaba desvelando su homosexualidad, no hay nada que decir o hacer oficial. Sus amigos y familiares ya conocen su relación, así que simplemente era una foto con su novio en un momento de felicidad», señalan personas muy próximas a él.
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La mayoría de comentarios en redes sociales alaban su valentía por hacer público lo que, por desgracia, muchos aún esconden por miedo a ser juzgados o rechazados. Una pequeña parte de los usuarios, por el contrario, ha lanzado frases despectivas que demuestran que queda mucho camino por recorrer. A Alberto le da igual. Solo quiere disfrutar del triunfo de su equipo y de su merecido descanso. Irse de vacaciones con su chico y pasear abrazados sin que nadie les mire de reojo. Porque el beso de dos personas que se quieren no debería ser noticia, pero en el mundo del fútbol no todos los jugadores pueden amar libremente.
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