Balance
El hambre eleva al Granada femenino en su año de confirmaciónLas rojiblancas pelean prácticamente hasta el final por la Supercopa y la Champions tras erigirse como el equipo revelación del torneo
Sobresaliente. No se le puede poner otra calificación a la temporada del Femenino, el equipo revelación en cuanto a puntaje y sensaciones del campeonato. Pese ... a afrontar su segundo año consecutivo en la élite, el Granada protagonizó, más que una confirmación, una declaración de intenciones al pelear por la Supercopa de España y la Champions League hasta prácticamente la conclusión del torneo. Unas metas que se rozaron con una identidad basada en el hambre.
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El propio Arturo Ruiz reconoció en su última comparecencia como técnico nazarí que el presente curso proporcionó un gen ganador jamás antes visto en la mentalidad de la plantilla, un ingrediente capaz de elevar su rendimiento hasta cotas inimaginables en la pretemporada, cuando se trabajaba exclusivamente en pos de la salvación. El vestuario creyó en la idea del nuevo míster desde su aterrizaje en Granada, sin importar su corta experiencia en la división o los varapalos iniciales en los campos del Atlético de Madrid y del Athletic.
La presión en tres cuartos y las bandas afiladas pronto comenzaron a dar alegrías al equipo, que no renunció a la pelota cuando tocó guardarla y ralentizar el ritmo. Tras un arranque irregular, el cuadro granadinista subió una marcha a partir de noviembre, justo cuando empezaron a sumar de tres con asiduidad. En cuatro meses tan solo sufrieron dos derrotas entre la competición doméstica y la Copa de la Reina, nunca como locales.
Se alcanzó el culmen con la entrada del nuevo año, donde las rojiblancas encadenaron siete encuentros sin perder. Dicha dinámica las asentó en los puestos altos de la tabla y Europa dejó de ser una quimera, con más de media permanencia en el bolsillo a falta de varios meses para el desenlace. Por el camino también se clasificaron para las semifinales del torneo del 'KO', jugándose el pase a la pelea por el título con el Barcelona, el Real Madrid o el Atlético, la flor y nata del balompié patrio.
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Diego Martínez
La situación erigió al Granada de Arturo Ruiz como el mejor en la historia de la sección femenina, además de despertar la comparación con el Masculino que dirigió Diego Martínez entre 2018 y 2021 y que logró otras 'semis' de Copa más el billete para disputar la Europa League. El éxito radicó en el colectivo, pero ciertas individualidades tiraron del carro en disputas igualadas para que la moneda saliera de cara.
Laura Pérez y Edna Imade vivieron sus mejores años como profesionales. La granadina lideró durante gran parte de la temporada la clasificación de asistencias de Liga F con nueve, tan solo superada ligeramente en la recta final por las culés Pajor (10), Hansen (10) y Putellas (11). En el caso de la nigeriana, firmó un idilio con el gol que le acompañó desde el comienzo. Con 16 dianas en total, discutió el pichichi a la delantera polaca del Barça, quien se acabó llevando el gato al agua (25), aunque el Femenino ya volaba.
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No todo fue un camino de rosas. El equipo pareció quedarse sin gasolina al afrontar cinco partidos en la primera quincena de marzo, de los que solo se cosechó un triunfo. Se tropezó ante rivales directos, quedando eliminado de la Copa frente a las colchoneras y perdiendo todos los duelos con los de arriba. Sin embargo, se salió del bache para remontar en abril y poner al rojo vivo la pugna por la Champions y la Supercopa. El Granada se quedó con la miel en los labios, pero su 'eterna lucha' enganchó como nunca a la afición. Seguramente, su mayor victoria.
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