De la casa
Guardianes de las esencias rojiblancasLucas Alcaraz y Manolo Lucena, quienes representan los valores profundos del granadinismo como empleados del club, trasladan sus sensaciones sobre el equipo de cara al partido
Son los guardianes de las esencias en la casa rojiblanca. Tanto Lucas Alcaraz como Manolo Lucena representan los valores del granadinismo. Un sentimiento de cuna ... que pudieron plasmar trabajando para el club. El que fuera entrenador ahora es el director de la Ciudad Deportiva y acompaña al equipo como representante institucional. Lucena, por su parte, ejerce de delegado desde que colgó las botas y en su memoria como futbolista del equipo quedan tres ascensos, todos bajo el formato de eliminatorias. Ambos tienen experiencia en estas tesituras. Lucas logró dos saltos a Primera en su carrera, aunque con otros clubes, Recreativo y Murcia. Sabe cómo se perciben momentos decisivos como el del domingo.
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«Ese vértigo de saber que después del partido puedes seguir o no hace la semana larga, pero el equipo transmite buenas sensaciones. Ahora, te acuerdas de todas las cosas que pueden ocurrir en el fútbol», pondera Alcaraz. Lucena bucea entre recuerdos. «Me han preguntado muchas veces que con qué ascenso me quedaría y, sinceramente, no soy capaz de elegir porque todos fueron únicos. El primero, por serlo, de Tercera a Segunda B, cuando la presión podía ser desaparecer como club, pero lo vivi como una fiesta. El de Alcorcón supuso quitarse esa losa que teníamos los granadinistas de no salir del pozo. Ahí empezamos a disfrutar del fútbol profesional. El de Elche, por último, cayó como un regalo, porque estábamos recién ascendidos, nos vimos cerca de los puestos de 'play off' y, una vez dentro, lo disfrutamos», repasa el delegado, con énfasis en el cruce con el Celta, «la mejor eliminatoria en cuanto a ocasiones de ambos». «Sabíamos que en Elche íbamos a subir», sentencia.
Lo del domingo es definitivo, aunque no da un ascenso, sino la posibilidad real de optar al mismo durante junio. Parafraseando a Fabri, el agua está en el prado del Racing. «Los contextos son importantes. En el Recreativo, me 'encontré' el objetivo, con el presupuesto más bajo. El otro fue buscado, con el Murcia, que sí tenía potencial económico. Cuando sientes la presión de la obligación no es lo mismo que cuando vas con inercia. Nosotros, ahora mismo, en teoría deberíamos estar más exigidos y ellos al revés, pero paradójicamente se han vuelto las tornas. Vamos más desinhibidos. El Racing, al ver tan cerca el 'play off', alejarse primero del ascenso directo y luego ver que puede caerse también de la promoción le supone un lastre. Pero cuando ruede el balón, ya puede pasar cualquier cosa», concluye.
Lucena es testigo directo del día a día de los futbolistas y tiene criterio para evaluar el cambio entre Fran Escribá y Pacheta, sin necesidad de personalizar. «Como siempre ocurre cuando hay un cambio de entrenador, es verdad que los jugadores siempre se reactivan. En este caso, quedaban tres partidos y sabíamos que, si queríamos tener alguna opción, había que ganar los tres, con independencia de quién estuviera en el cuerpo técnico. Dependemos de nosotros mismos», reafirma.
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Optimismo
Pacheta ha descomprimido el ambiente, en opinión de Lucas. «Cada entrenador tiene su forma de actuar y él infunde energía y optimismo. Desde que entra por la mañana, se nota su presencia. Coincide con dos buenos resultados y que varíe el sino. Canaliza algo positivo y nos vemos más cerca de nunca», alarga.
En el campo, Lucena era un tipo sereno, una fórmula de encajar la tensión, aunque no imprescindible. «Es algo muy personal. Hay gente que necesita vivirlo con alteración, expresivos en sus emociones, y otros que lo llevamos más por dentro. No es que me diera igual, pero lo exteriorizaba de otra manera, bien desde la tranquilidad y las bromas, para evadirme de la responsabilidad», explica. «Hemos sufrido mucho, pero ahora hay una sensación de ilusión», culmina.
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Nadie quiere reparar en el bajonazo de una derrota. «Cuando hay una situación de este tipo, prefiero no pensar en esta parte de la película; no me aporta nada», se sincera Alcaraz.
Lo único claro es el respaldo de la afición. «Les tenemos un agradecimiento eterno. Cuando hablo con futbolistas que pasaron por aquí de ella, coincidimos en que, cuando las cosas van mal, como en cualquier campo, la gente exige y aprieta, pero los nuestros siempre están presentes. Y cuando hacen falta, siempre han respondido. Con el empujón de unos buenos resultados, ya viajan y se les escuchará en Santander. Todos los que nos puedan ir, nos animarán desde la distancia», recalca Lucena. «Son momentos en los que sabes que esto es importante sin ni siquiera pasar por el estadio, porque se nota en la calle. Lo de este año ha sido un sacrificio enorme. Encima, se batió el récord de abonados», apunta Alcaraz, conscientes ambos del impulso joven entre la hinchada, al calor de los éxitos de los últimos quince años. «Los que tienen 30 más solo habían vivido el 'barro'», apostilla Lucena, uno de los protagonistas del cambio. En El Sardinero prosigue esta historia.
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