Monchu interioriza la eterna lucha

La comodidad le duró a Monchu en el partido lo que el rubio platino en el pelo. Gerard Moreno entendió dónde hacía daño, indetectable en la zona que Milla liberaba en su presión, y el Granada se vio obligado a dar un paso atrás. Los rojiblancos perdieron de vista el balón y Monchu tuvo que acoplarse a labores de intendencia. No le costó arremangarse. Es lo que puede distinguirle de otros centrocampistas curtidos en La Masía que tanto frío pasan fuera. Tiene colmillo y sabe rascar, agresivo. Fue protagonista, de hecho, de la primera maniobra táctica de Robert Moreno para enmendar la inferioridad de los suyos: llevar al balear allí donde Gerard gozaba y Milla sufría. Algo mitigó la sangría.

Monchu corrió tras el balón más de lo que él lo hizo correr. El Granada apenas tuvo atisbos en ese primer cuarto de hora de lo que se vio en verano frente a equipos inferiores y el Espanyol, duelos en los que tuvo toda la iniciativa con la pelota. No era para menos porque enfrente estaba todo un campeón de la Europa League, la competición en la que los rojiblancos soñaron el curso pasado. Le brindaron un pasillo de reconocimiento antes del inicio del encuentro en el que se integró alguien que ahora defiende sus colores pero que también levantó esa copa, titular en la final: Carlos Bacca.

Cuando el colombiano se marchó del Villarreal lo hizo para no volver; tenía pensado regresar a su país. La oferta rojiblanca al perder a Soldado le convenció y ya para entonces el calendario había montado sus caprichos. Se infiltró junto a sus excompañeros para festejar con la que fue su afición la conquista continental pero luego cambió de bando. Vio los primeros minutos desde el banquillo pero Robert Moreno le puso rápido a calentar ante los problemas de su equipo en ataque. Suplió al descanso a su compatriota y amigo Luis Suárez pero no tuvo mucha más suerte, apenas un amago de disparo flojo tras un rechace.

Bacca le puso voluntad al asunto y trató de recibir acostado en banda izquierda para iniciar la embestida, pero apenas generó peligro. Aún le falta ritmo competitivo después de haber dedicado las primeras semanas del verano a recuperarse de un golpe que se llevó en la rodilla con Rui Silva en Los Cármenes, en un ya lejano mes de abril. Más caprichos del destino. Recibió aplausos de sus antiguos aficionados aunque ahora vista de rojiblanco, como en un balón perdido por el que se esforzó estampándose con la valla, pidiendo disculpas por el susto a las primeras filas.

Se quedó sin minutos Luis Abram, después de todas las gestiones para poder tramitar a tiempo su inscripción. Germán mantuvo la titularidad, aunque habrá que ver por cuánto tiempo. En su primera jornada, el Granada de Robert Moreno siguió bastante camaleónico.