Ensayo

El equipo demostró su capacidad de competir ante rivales superiores, incluso cuando algunas de sus piezas más importantes se encontraban ausentes por diversos motivos. Privar al once titular granadinista de Montoro, Gonalons y Machís es una pesada carga, suplida, eso sí, con entusiasmo. En la primera parte el Granada estuvo más cerca de la victoria que el Madrid. El fallo a bocajarro de Puertas recién iniciado el duelo y un claro penalti escamoteado de Casemiro sobre Yangel Herrera –lamentable que no actuara el VAR–, debían haber propiciado ventaja al descanso. El segundo periodo contó con la inspiración y calidad de los jugadores locales en unos breves minutos que les permitieron tomar ventaja. El Granada nunca le perdió la cara al encuentro, y buscó en su tramo final el empate, más con el corazón que con un juego elaborado. En jugadas a balón parado se creó peligro, pero Courtois solo tuvo que emplearse a fondo en un disparo cruzado de Puertas. El tanto postrero de Benzema supuso un castigo excesivo para los méritos contraídos por los de Diego Martínez.

El equipo parece haber recuperado definitivamente su capacidad competitiva. El duelo ante el último campeón liguero ha demostrado su potencial para ponérselo difícil a conjuntos consagrados. Un buen ensayo para la apasionante eliminatoria ante el Nápoles de febrero. Habrá que confiar en que entonces los mejores efectivos del plantel estén a disposición del técnico para disputarla.