Cedidos vedados hasta ahora

La consejera también ha impulsado la política de reducción de cesiones. De hecho, a la dirección deportiva se le han ofrecido varios futbolistas que podían interesar bajo esta fórmula, pero la dirigente vasca puso como requisito que existiera siempre una opción de compra accesible para la economía de la entidad, lo que tumbó algunas opciones. Otro asunto es el de ahora con Foulquier, cuando se tuvo que activar el plan de contingencia frente a situaciones inesperadas. Ante la baja del francés, sí se aceptó una opción como la de Arias, a solo un año vista, pues urgía un sustituto.

Lo previsto es algo similar en otras demarcaciones por si acaso emerge el peligro. En el Granada se extrema la atención por si llegara alguna tentativa final por Machís, Gonalons o, sobre todo, Domingos Duarte. Su nombre se sigue moviendo en el fútbol inglés y no extrañaría que, en función de los movimientos que lleguen en las últimas horas de la ventana de incorporaciones, puedan aparecer ofertas por el central portugués por el efecto dominó entre defensas que vayan a otros destinos. Tendría que ser una apuesta fuerte, de en torno a 18 millones de euros, para que los rojiblancos cedieran y negociaran.

Perder a algunos de los mejores elementos de un equipo asoma como un salto al vacío que el común de los aficionados suele observar con terror, pero no es más que una parte de la dinámica de un club en busca de mejorar. Se trata de comprar talento lo más barato posible, sacarle el jugo en pos de lo colectivo, venderlo lo más caro posible y gastar parte de la suma en sustitutos que mantengan o aumenten el nivel general. Reinventarse es un trabajo esencial en una dirección deportiva exitosa. Es la manera de crecer bajo métodos convencionales. El problema es que, a veces, las gestiones no llegan en el momento que se desea ni se tiene la sartén por el mango. Pero igual que hay amenazas, también surgen oportunidades. La cuenta atrás acaba el martes a la medianoche.