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Los hay que se han cebado con Isco por dar 'like' a una publicación de una camiseta que ridiculizaba a los llamados 'cayetanos'. Seguramente lo sobrevaloran creyendo que detrás de ese gesto intrascendente y esa barba tupida se esconde un leninista. «Pasaba por aquí simplemente para aclarar que yo no soy verde, ni rojo, ni naranja, ni azul, simplemente un español más», se defendió en la misma red.

Porque Isco no deja de ser un mero futbolista, y nada más, a quien se aplaudirá y amará si mete goles y regala asistencias. También hay rojiblancos que aplauden o increpan a Roberto Soldado por apoyar a la Guardia Civil y criticar al Gobierno y muy en concreto a Pedro Sánchez cada día como quien reza un 'padre nuestro' antes de acostarse. Ahora que podemos saber lo que piensan los futbolistas, si desean expresarlo, queremos que piensen como nosotros.

Pero Soldado marcará dos goles al Getafe y a nadie le importará a qué partido vote –también por eso urge que vuelva el fútbol–. Esa noche tendrá que sobreponerse entre otros al duro Allan Nyom, a quien han reprochado que considerase con poco cariño «ya pasado» su tiempo en el Granada. Como si al bueno de Nyom le quedase algo aún por demostrar de su amor a la ciudad y al club, con mujer e hijo granadinos, también amigos a los que visita cada vez que puede.

Quizás pretendan que no agarre a Soldado durante el partido ni pegue patadas, que no haga todo por ganar a su exequipo. Yo propongo un test de mala bilis para seleccionar al 30% que pueda acceder a los estadios en septiembre. Otra cosa buena de que vuelva el fútbol es que miraremos menos Twitter.