Depredador Weissman

Su estelar aparición contagió a Uzuni, otro velociraptor. Temeroso de perder el protagonismo que con tanto mérito ha adquirido, Myrto al fin liberó su naturaleza salvaje lejos de su hábitat natural. De este modo, el partido arrancó de la mejor forma posible, como ya ocurrió la jornada pasada frente al Andorra. Sin embargo, cuando todo parecía de cara para reencontrar la senda del buen juego de los primeros partidos de la era López, la estructura defensiva se tambaleó y el equipo sufrió más de lo debido.

Ello se produjo por la calidad asociativa del Villarreal B. Paco López pergeñó atrás una disposición defensiva dinámica, a medio camino entre la línea de tres centrales y dos carrileros y las dos líneas de cuatro clásicas. De nuevo, la posición variante de Víctor Díaz fue la clave para armar una u otra formación. Ningún dibujo logró taponar la vía de agua que el talentoso Sergio Lozano abrió en el casco rojiblanco. El volante amarillo se incrustó entre los centrales y los pivotes y resultó indetectable durante todo el partido. López hizo todo por eliminar esta amenaza, pero no lo consiguió y esto puso en peligro el resultado. El marcador no se apretó por el desacierto del pequeño submarino amarillo al disparar sus torpedos.

A pesar de todo, esta tercera victoria consecutiva otorga al técnico nazarí mayor tranquilidad para ajustar al equipo, libre ya de bloqueos. Los tres soldados de invierno demostraron ayer que están listos para luchar por la causa, especialmente Shon Weissman. Concluido con brillantez el mercado de enero por parte de la dirección deportiva, ahora todo depende del verde.