Ángel Montoro se duele en el suelo tras caer lesionado ante el Mallorca en enero. FERMÍN RODRÍGUEZ
Granada CF

La gran frustración de Ángel Montoro

El director de orquesta del Granada de Diego Martínez no ha podido disfrutar aún de la Primera división tanto como a él le gustaría, castigado por el infortunio de las lesiones

Viernes, 10 de abril 2020, 01:07

Ángel Montoro debutó en Primera la noche de los muertos vivientes. Fue en 2007 y tenía 19 años. El Valencia acababa de césar a ... Quique Sánchez Flores y apostó por Óscar Fernández como interino hasta la llegada de Ronald Koeman. El canterano tuvo sus primeros minutos en la categoría por Halloween, en Mestalla, con un partido que acabó 1-5 para el Real Madrid. Fue como un mal augurio. El caos reinó en la entidad ché durante aquella campaña en la que Ángel Montoro tuvo su protagonismo y que acabó con la consecución de la Copa del Rey. Pocas semanas después fue cedido al Murcia. Tardó siete años y medio en volver a jugar en Primera.

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Quien a día de hoy es uno de sus camaradas en el centro del campo rojiblanco, Maxime Gonalons, reconoció en una entrevista reciente con IDEAL su desconcierto por no haber escuchado su nombre nunca antes: «Es sorprendente que haya realizado la mayor parte de su carrera en Segunda porque tiene un grandísimo nivel. Cada vez que coge la pelota la pone donde quiere». Lo cierto es que, a sus 31 años, Ángel Montoro sigue sin tener suerte en Primera, la gran asignatura pendiente de su carrera. El Granada, del que es director de orquesta, lo esperará siempre; no en vano este curso, y en pleno proceso de recuperación de una de las lesiones que lo están torturando, firmó la ampliación de su contrato hasta 2022.

Ninguna de las dos cesiones que vivió Montoro al dejar Mestalla cumplió su objetivo. Ni en el Murcia ni en el Real Unión de Irún, ambas en la categoría de plata, consiguió el protagonismo que esperaba. De hecho, en abril de 2010 sufrió una rotura parcial del ligamento lateral externo de la rodilla izquierda junto a otra rotura, esta no completa, del cruzado anterior. Regresó quebrado al hogar para rehabilitarse como jugador sin prisa, volviendo al fútbol con el filial ché para ascenderlo a Segunda B junto a futbolistas como Paco Alcácer o Isco. Había recuperado sus opciones de jugar en el primer equipo, donde siempre se esperó que lo hiciese como relevo natural de Baraja, su ídolo, pero una nueva lesión volvió a torpedearlo.

Renacer en Andalucía

Frustrado, Ángel Montoro dio con sus huesos en el Recreativo de Huelva de Segunda división. Allí volvió a disfrutar de la pelota al frente de un equipo comandado por Sergi Barjuán en sus dos primeras campañas y por José Luis Oltra en la siguiente, la tercera del valenciano en el equipo. Fue en ese tercer curso, de nuevo lastrado por problemas musculares y de rodilla, cuando el Recreativo descendió a Segunda B sin que Montoro pudiera hacer nada por evitarlo, destituido Oltra en febrero. Sin embargo, al acabar la temporada recibió una llamada de Sergi, que quiso reclutarlo en el Almería que también acababa de descender, pero a Segunda.

El exfutbolista de FC Barcelona y Atlético de Madrid mantuvo su confianza en Montoro como organizador de su centro del campo lo poco que aguantó en el puesto, hasta que lo reemplazó Joan Carrillo en octubre, quien a su vez fue cesado antes de acabar el año por tener al Almería colista. Entonces llegó el argentino Gorosito, cuyo ideario no casó con Montoro. Fue ahí, en su peor momento en mucho tiempo, cuando se le volvió a abrir la puerta de Primera división.

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Ángel Montoro, durante su etapa en la UD Las Palmas. UD LAS PALMAS

La UD Las Palmas lo firmó en enero de 2016 para compensar las lesiones de larga duración de Vicente Gómez y Javi Castellano. Contaba con el aval de Quique Setién para encarar «una oportunidad única», en palabras del propio Montoro. Redebutó en Primera como titular ante el Celta de Vigo en el estadio de Gran Canaria como responsable del balón parado y sin embargo, antes del descanso, cayó lesionado. Una nueva rotura muscular en el aductor que no empañó el buen recuerdo que dejó en el equipo de Setién, en el que disfrutó del fútbol junto a Roque Mesa pese a contar con menos minutos en su segunda campaña, la del descenso, en la que volvió a tener problemas en una rodilla.

Clave del ascenso

Ángel Montoro llegó libre al Granada aquel verano de 2017 para liderar un proyecto de ascenso como un centrocampista, hasta el momento, irregular. Se reencontraba con José Luis Oltra y volvió a compartir más pena que gloria, aunque al menos no tuvo lesiones. Lo jugó casi todo, como al curso siguiente con Diego Martínez, más feliz, en el que sí se cargó con demasiadas amarillas. En enero, y antes de recibir al Extremadura con el valenciano lesionado, el gallego apuntó: «Antes de llegar aquí ya lo consideraba un muy buen jugador, y ahora me parece extraordinario. Me sorprendió que al principio no se valorara todo lo que hacía».

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Ángel Montoro regresó a Primera, por tercera vez, por la puerta grande. Clave en el ascenso, en el mejor momento de su carrera, líder de un bloque sólido en el que era y es irremplazable. Jugó absolutamente todos los minutos de la competición hasta plantarse en el Santiago Bernabéu con el equipo a un punto del liderato blanco en octubre. «Por mí no descansaría nunca», dijo el mediocentro en la previa. Aguantó un gol y menos de 5 minutos.

Las lesiones, todas musculares, no le han dado respiro desde entonces, inmerso en reapariciones. El pasado enero pudo celebrar el primer gol de su carrera en Primera división. Fue al Mallorca y dio la victoria. Veinte minutos después, y antes del descanso, cayó de nuevo fulminado. Desde entonces no ha vuelto a jugar, con una probable recaída, perdiéndose los momentos más bonitos del año en la Copa del Rey. La asignatura pendiente sigue ahí.

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