Un encuentro discreto de Vico en el que vuelve a ser sustituido

Desde el primer minuto de juego el Granada tenía claro por donde quería generar el peligro contra la meta de Remiro. Domingos Quina, ubicado en la mediapunta, caía siempre al costado izquierdo, en el que se encontraba Kenedy, con la intención de entenderse con el brasileño. El equipo basculaba hacia ese lateral y Fede Vico, mientras tanto, reclamaba protagonismo en la banda derecha sin éxito.

Sin embargo, a pesar de ello intentó tener un rol protagonista cuando el balón pasó por sus pies. A los tres minutos de juego, por ejemplo, probó a romper la defensa de la Real Sociedad con un taconazo que fue anticipado. Diez minutos después tuvo que ser trabado en el inicio de una buena jugada individual y al poco tiempo sirvió un centro al área que aunque no encontró rematador iba bien puesto. Mediada la primera parte fue él quien quiso asumir ese rol de cabeceador y a pesar de su corta estatura para ello intentó buscar un balón colgado desde la izquierda al que no llegó.

Los primeros 20 minutos de encuentro fueron los mejores de un Fede Vico que se fue apagando con el paso de la primera mitad, algo en parte motivado porque la Real Sociedad empezó a asumir el mando del partido y frenó las intentonas ofensivas del Granada. Fue casi al final del primer periodo cuando volvió a recibir e intentar una jugada individual que fue frenada por la defensa donostiarra. En la segunda mitad saltó al terreno de juego, pero su presencia fue testimonial. Aguantó sobre el césped ocho minutos, hasta que Diego Martínez decidió sustituirlo por Antonio Puertas.