Diego Martínez se fotografía con los aficionados a su salida. PEPE MARÍN
Granada CF

«Nos ha roto el corazón, pero le entendemos»

ADIÓS A DIEGO MARTÍNEZ ·

El técnico no estuvo solo en su adiós, acompañado en el interior del estadio por sus apoyos más leales y fuera por hinchas que quisieron despedirse

Sábado, 29 de mayo 2021, 00:24

El corazón futbolístico de la ciudad se paralizó ayer al mediodía para escuchar las últimas palabras de Diego Martínez como entrenador del Granada, aunque llevase ... de luto desde el día anterior. El técnico no estuvo solo en su adiós desde la sala de prensa de Los Cármenes, al que llegó con poco más de un cuarto de hora de antelación para su comparecencia. Le precedieron en sus vehículos personales tres de los líderes de su vestuario: Roberto Soldado, Ángel Montoro y Jorge Molina. También el director deportivo Fran Sánchez, el secretario técnico Luis Casas y el responsable de relaciones instituaciones Pepe Macanás. Dentro le esperaban ya los miembros de su cuerpo técnico y otros trabajadores del club, que también quisieron estar ahí.

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Los rostros eran de profunda tristeza. Solo Diego Martínez se permitió soltar el volante unos segundos para saludar a los aficionados que se acercaron hasta los aledaños del estadio para despedirle. Estos escucharon lo que el entrenador tenía que decir a través de sus teléfonos móviles. «Siento mucha tristeza. No quería hacerme a la idea, pero los abrazos tras el último partido ya parecieron una despedida. Mantenía la esperanza de que siguiera. Las gracias se quedan cortas para el mejor entrenador del Granada en sus 90 años de historia. Lo que ha conseguido es increíble, y estoy segura de que nuestros caminos se volverán a cruzar», expresó Patricia, conmocionada como Beatriz. «Nos ha partido el corazón. Nos duele pero le entendemos; sabemos que tiene que avanzar profesionalmente», compartió esta aficionada, al borde de las lágrimas, con un cartel y un mensaje: «Gracias».

Diego Martínez se acercó a los hinchas antes de dejar el estadio al escucharles corear su nombre. Posó para fotografías y firmó autógrafos. «Pero quédate, hombre...», intentó convencerle aún alguno. «Gracias por todo, Diego, y mucha suerte», se hartaron de repetirle. «Muchísimas gracias a vosotros. Sois muy amables», devolvió él, llevándose la mano al corazón. Salió entre aplausos y cláxones, dejando un vacío terrible. «El Granada seguirá adelante, pero será raro sin él. Es un día difícil. No es la despedida que esperábamos ni la que se merece», compartieron Yeray, Luismi y Fran, otros tres aficionados congregados en los aledaños. Ya se han hecho a la idea.

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