Un revulsivo necesario por el derbi andaluz

Se antoja exagerado calificar esta visita del Betis a Los Cármenes como la primera final para Robert Moreno, pero sí es cierto que necesita un revulsivo. La apatía que mostraron sus futbolistas contra el Rayo distó mucho del compromiso que sí logró arrancar un punto ante rivales tan complicados como el Villarreal en el Estadio de la Cerámica y el Valencia, equipo revelación por ahora del campeonato, en el Zaidín. No obstante, sí genera dudas la idea que el entrenador pretende para su equipo y si sus futbolistas la entienden, después de una pretemporada irreal de gobierno preponderante de los partidos ante contrincantes inferiores y un carácter mucho más adaptativo y contragolpeador ya en competición.

El Granada se enfrenta esta noche al equipo que más posesión acumula de toda la Liga en estas tres primeras jornadas, con futbolistas muy capacitados para esta premisa como el propio Robert Moreno admitió en su comparecencia previa. El entrenador reconoció también su admiración por Manuel Pellegrini y el hecho de que todos sus equipos lleven un sello de fútbol combinativo, ese que él pretende y de momento no consigue con los rojiblancos. De esta forma, y atendiendo a los precedentes, cabe esperar que el Granada reactive ese sensor verticalísimo que por momentos le funcionó frente al Valencia, entonces bajo el fin de que los ches no obtuviesen réditos de su intensa presión adelantada. Para ello necesitará a los actores adecuados.

Si en algo ha insistido Robert Moreno desde que es entrenador del Granada, más allá de un discurso ambicioso que a su vez se desentendía de un único estilo de juego innegociable, es en la competencia interna que pretendía en una plantilla corta. En todos los puestos y sin excepción, ni siquiera en la portería. No deja de ser curioso que el día en el que regresa a Los Cármenes quien fuese su guardián indiscutible las últimas tres temporadas, Rui Silva, pueda estrenarse el meta llamado a ser su reemplazo natural desde la nacionalidad que comparten, Luís Maximiano. Por el luso se pagaron cuatro millones y medio de euros, pero aterrizó con la temporada iniciada y Aarón Escandell mantuvo su crédito en las tres primeras jornadas. Aunque Robert Moreno insista en que las decisiones respecto a la alineación las toma durante la semana, la goleada frente al Rayo sirve en bandeja la alternancia bajo palos. Será inevitable la comparación con Rui Silva presente, por dilucidar si entre la hinchada se impondrá el agradecimiento por su innegable aportación al equipo en sus años como rojiblanco o el resquemor por su marcha al Betis libre tras no haber querido renovar su contrato.

No es el único cambio posible en la alineación de Robert Moreno, que quiere agitar el árbol de su plantilla para bien tras la debacle en Vallecas. Aunque durante el parón trabajó con dos capitanes como Germán Sánchez y Víctor Díaz y el canterano Raúl Torrente como centrales, la zaga podrían formarla los internacionales Domingos Duarte y Luis Abram, con tres y dos entrenamientos con el grupo respectivamente cada uno y conceptos interiorizados contra reloj. En el lateral derecho, Santiago Arias parece en condiciones de estrenarse; aún es pronto para Escudero.

Por delante, Monchu puede recuperar su lugar en el centro del campo una vez cicatrizada la herida que se hizo frente al Valencia y le obligó a portar una máscara cuando ingresó desde el banquillo contra el Rayo. En ataque, Robert Moreno pretende recuperar desde ya la mejor versión de Darwin Machís. Bacca hace valer ya sus galones en la plantilla y, habida cuenta del trabajo defensivo que aporta Puertas, Luis Suárez aguardaría en la recámara.