Invitado a una guerra que solía ser la suya

Los rojiblancos también se salvaron a cinco partidos para la conclusión del campeonato el curso pasado, gracias un triunfo precisamente en el estadio que hoy visita, Mendizorroza, y ante un rival, el Alavés, que quiere ganar para atar una salvación que parecía imposible hace unas semanas. Aún no puede cantar victoria; todavía convive con esa agonía que los aficionados del Granada ahora solo rememoran. Siempre se salvó en las dos últimas jornadas durante las cinco permanencias de la anterior etapa en Primera. Ahora, su mayor aliciente es de la recompensa económica por su posición en la clasificación.

No habrá público en Mendizorroza, pero hoy en Vitoria se celebran los 20 años desde la final de la Copa de la UEFA del Alavés contra el Liverpool, el mayor hito en su historia y una de esas gestas que perduran con el paso del tiempo para todos los aficionados al fútbol más allá del equipo en cuestión. Un argumento más contra la Superliga de Florentino Pérez. Aquel curso 2000/01 fue décimo, pero volvió a clasificarse para Europa, séptimo, al siguiente. La segunda incursión continental de su historia, sin embargo, se saldó con el descenso a Segunda. Volvió a Primera para la 2005/06, pero luego se pasó diez temporadas entre la categoría de plata y Segunda B hasta el ciclo actual en la élite, que por ahora encadena cuatro campañas, con una final de la Copa del Rey. Ahora, Javier Calleja se ha propuesto que el centenario del 'Glorioso' no acabe con un descenso al que parecía abocado. Le bastará con ganar o que no lo hagan otros.

El Granada ha disfrutado de una fascinante primera aventura en la competición europea, aunque no alcanzase la final, en la temporada más brillante de su historia. De la de la Copa del Rey se quedó a las puertas el curso pasado. Hazañas respaldadas por dos permanencias holgadas consecutivas. Y sin embargo, como le ocurrió al Alavés, el granadinismo debe estar prevenido porque la caída puede ocurrir en cualquier momento, algo que no debe interpretarse como una amenaza sino como un estímulo más para saborear el momento.

Diego Martínez anunció rotaciones obligadas en la previa. Mantiene nueve bajas, contando también a Neyder Lozano, sin ficha. Son las de Roberto Soldado, por sanción;Víctor Díaz, por covid-19; y Carlos Neva, Jesús Vallejo, Luis Milla, Ángel Montoro, Yangel Herrera y Robert Kenedy, por lesión. Se baraja, pues, una de las alineaciones más imprevisibles de la temporada.

El vigués deberá volver a decidir entre Rui Silva o Aarón Escandell bajo palos, tras las buenas prestaciones del valenciano en ausencia del luso y la gris vuelta de este frente al Real Madrid. En defensa suman una importante carga de partidos Foulquier, Germán, Quini y Domingos Duarte, quien además acaba de salir de una lesión de rodilla que le obligó a pedir el cambio por prevención en la visita al Betis; optan a relevarles Nehuén Pérez, Adrián Marín y el canterano Pepe. En el centro del campo puede recuperar la titularidad Domingos Quina tras más de dos meses de suplencia y escasa participación. En ataque serán de la partida Alberto Soro y Luis Suárez como referencia. Antonio Puertas y Darwin Machís se disputan el otro ala.