No se achanta nadie
LA CONTRACRÓNICA ·
Son muy ricos, pero por momentos los futbolistas del Manchester United no parecieron ni tan fuertes ni tan buenos porque los granadinistas estuvieron a su altura;aún hay que ir a Old Trafford, aunque sea a despedirseEnfrentarse al Manchester United suponía saltar a una nueva dimensión, pero el Granada quiso plantar cara al diablo fiel a sus valores y lo consiguió, ... aunque el castigo final fuese demasiado severo. Desacomplejado y sin miedo, el equipo de Diego Martínez hizo el partido que tenía planeado con todo lo que implicaba: el reconocimiento de partida a la superioridad de un rival todopoderoso a su lado. Un potencial del que los 'red devils' consiguieron extraer el máximo beneficio en apenas tres disparos a portería. Tampoco es que De Gea parase mucho más que Rui Silva, pero también en la pobreza de ocasiones se nota qué equipo tiene más millones en el banco.
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No se le podía escapar nada al Granada, aspirante al partido perfecto para llegar vivo a Old Trafford, y solo se le escaparon dos acciones. La primera fue un despiste a pachas de Víctor Díaz y Domingos Duarte, entre los que se filtró Marcus Rashford pese a cojear en su llegada a la ciudad; el control perfecto que realizó al envío de Lindelöf no es que decida encuentros, sino que otorga Europalís. La segunda fue un nuevo toque inoportuno de Eteki con la mano, y van unos cuantos, a tan escasos minutos de entrar como de salir con el pitido final.
Los ingleses parecieron más altos y más fuertes desde que sonara el himno de la competición, pero el Granada fue al cuello desde la primera acción. Llevaba mes y medio sin jugar pero Carlos Neva ganó un balón dividido en el primer minuto y la acción progresó hasta un primer envío al área cuando apenas se habían cumplido dos minutos. La primera media hora fue un pulso sin disparos a portería, como si fuese rugby a través de melés, en la que los rojiblancos trataban de compensar la abismal diferencia física que les separaba de sus rivales con pura casta. El gol de Rashford obligó a tomar una decisión, y Diego Martínez y sus pupilos optaron por mantener la fe.
La eliminatoria estaba en no dejar que Rashford, Greenwood y James corriesen y ni tan siquiera con el resultado adverso perdió la calma el Granada, que se aferró a la pizarra y al ímpetu de Yangel Herrera, agrandado ante Pogba, para devolver las tablas al marcador. Se sumaron al partido Darwin Machís, Foulquier y Luis Suárez al final y, junto a la vuelta desde el inicio de Neva, no pareció que el 0-1 fuese tan malo para irse a Old Trafford si todos ellos ganaban siete días de rodaje. Los rojiblancos acumularon tantos saques de esquina, hasta once, que si fuese un partido de Premier League sus hinchas habrían enloquecido en éxtasis.
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Son muy ricos, pero por momentos los futbolistas del Manchester United no parecieron ni tan fuertes ni tan buenos porque los granadinistas estuvieron a su altura. El penalti de Bruno Fernandes cumplido el 90 y tras rozar la pelota Rui Silva fue un castigo demasiado cruel para un equipo que ya puso su nombre en el mapa hace tiempo. Pasara lo que pasase en Los Cármenes, nadie le iba a quitar el privilegio de visitar Old Trafford. De la Casa al Teatro de los Sueños. Bajo la mirada de sir Alex Ferguson. Allí estará el Granada, sin nada que perder y dispuesto a todo, a despedirse con las botas puestas de su primera aventura europea si es lo que toca. Nadie podrá quitarles nunca lo ya 'bailao'.
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