El Granada planta cara al Betis y cae en Copa con todos los honores
copa de la reina ·
Las rojiblancas fueron en la segunda parte ese equipo ofensivo y atractivo, poniendo en aprietos al Betis | Se le escamoteó un penalti a la capitana Lauri que pudo cambiar las cosasMiércoles, 26 de enero 2022, 22:15
El Granada cayó en Copa ante el Real Betis sin ser, en ningún momento, inferior a este. Las sevillanas demostraron su calidad y no perdonaron ... un error de Pi que no empañó la fiesta. Porque ahora el granadinismo ha vivido a un equipo que honra el fútbol y los valores de la eterna lucha. Lo de menos no era el marcador, pero el Granada solo perdió un partido. Ganó mucho más.
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GRANADA CF
Pi, Alba, Cristina Moreno (Postigo, m. 63), Marta Carrasco, Urre (Adriana, m. 84), Laura Pérez, Pamela (Mascaró, m. 75), Inés (Alicia, m. 63), Raquel, Lauri y Elo (Noe, m. 46).
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REAL BETIS
Cata Pérez, Natalie, Ana González, Dorine, Paula, Da Eire (Laura, m. 80), Llamas (Medina, m. 46), León (Leire, m. 83), Bri Folds (Nuria, m. 92), Ángela Sosa y Asantewaa (Babajide, m. 83).
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GOLES 0-1, m. 52: León.
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ÁRBITRA Espinosa Ríos. Amonestó a la local Pamela y la visitante Dorine.
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INCIDENCIAS Partido de tercera ronda de la Copa de la Reina disputado en el Nuevo Los Cármenes ante unas 2.500 personas
Ambos técnicos apostaron por 'onces' muy reconocibles y las rotaciones fueron las justas, las porteras y poco más. Lamesa dio entrada a Alba en el carril diestro y dejó a las dos centrales que tan buen trabajo realizaron ante el Santa Teresa. Inés fue la gran sorpresa, cemento junto a la poderosa Pamela en un centro del campo que quizá echó en falta esa clarividencia de Alicia y Noe. Se mantuvo el dueto en los extremos con Raquel y Laura Pérez. Lauri adelantó su posición en un clarísimo 4-4-2, acompañando a Elo en la presión.
Pero el Betis demostró respetar al cuadro rojiblanco, poniendo en liza un equipo de absolutas garantias, jugadoras acostumbradas a jugar domingo sí, domingo también, en Primera. La consigna hispalense, no conceder nada. Pero el ímpetu y la emoción con la que el Granada saltó al campo superó, en el primer cuarto de hora, a un Betis que no se consiguió ordenar en el campo ante las locales, bien pertrechadas en campo propio pero con los colmillos afilados y el olfato fino para leer los pases carentes de tensión de las de Amorós.
Así, Lauri pudo cambiar el guion del partido prontísimo. Tanto que ni ella lo esperaba. La capitana le robó la cartera a Dorine y nadie se interponía entre ella y Cata, que apenas se ajustaba aún los guantes. En un extraño gesto, la delantera se dejó atrás el balón y decidió pisarla ante la acometida de un pelotó bético que la perseguía. Lograron arrebatarle el esférico. Pero el Granada había avisado. Estaba en el campo más puntual que cualquier otro día. Lauri no dejó que lo olvidaran con un remate muy lejano que Cata atrapó sin mayor problema.
Del Betis, poco que rascar en esos primeros 15 minutos. En los compases iniciales parecieron lejos de ser el equipo de mayor categoría. «Paciencia, paciencia», les pedía su técnico, viendo que el balón quemaba en las botas de las 22 protagonistas. Porque el Granada tampoco terminó de querer hacer frente al respetado rival desde la posesión. Bien agazapadas atrás, esperaban su oportunidad a la contra. Por desgracia, todos los ataques nazaríes eran expediciones solitarias de la rojiblanca que robara el balón, sin demasiado fuelle las de Lamesa después de perseguir los incipientes rondos de las sevillanas.
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En esas, el cuadro rojiblanco se fue encontrando cada vez más cerca de Pi, menos estiradas y el Betis no lo perdonó, ocupando mejor espacios como la frontal del área en rechace. Aquello fue colonia verdiblanca y generó no pocos problemas a un Granada que llegaba a rechazar el primer peligro pero perdía siempre la segunda jugada. En una de ellas, Asantewaa, una de las revelaciones de Primera, recortó en banda y se la cedió atrás a Da Eira, que no lo pensó. Soltó un derechazo frío al que Pi reaccionó colocando los puños. El rebote dio en el larguero y la zaga despejó el primer arreón visitante.
Mientras en las rojiblancas se iba haciendo cada vez más evidente cierta falta de confianza con balón, temerosas de una pérdida que ocasionara el primer tanto en contra, las béticas crecieron. Se hicieron gigantes en la parcela del medio, donde el Granada mandaba el balón cada vez que quería conjurar el peligro. La única que jugó en otro escenario totalmente distinto, en uno de igualdad técnica, fue Lauri. La capitan dio pausa a cada acción y congenió bien con una Inés que se desfondó frente a una Pamela algo más caótica que cada domingo.
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Tras un derechazo de Asantewaa que no cogió portería por muy poco, el Granada se sacudió el control visitante con la primera contra en la que Laura Pérez no fue una ante un millón. La '7' corrió y acaparó la atención de las zagueras que corrían tras ella, dejando por el otro carril a Raquel que la pedía a grito vivo. El pase de la granadina fue una pincelada del talento que atesora, cruzando el balón todo el campo para frenarse ante Raquel en el área grande. La '10' le pegó con el alma y el balón se fue contra el lateral de la red. Respondió el Betis con la última del primer acto. Otro balón muerto en la frontal del área que cazó Ana González muy exigida, por lo que apenas pudo darle de puntera. Actuó la Pi granadina antes de escuchar otros dos 'pi', los de la madrileña Espinosa Ríos mandando el duelo al descanso.
Lamesa debió ver la falta de pausa con balón y decidió volver al esquema del 4-3-3, con Lauri como referencia, retirando a Elo para dar cabida en su sala de máquinas a otra fogonera, Noe. Por desgracia, apenas hubo tiempo de ver a ese otro Granada mucho más protagonista con el 0-0, pues el punto de inicio se rompió en una desafortunada jugada. Un centro si ningún tipo de peligro se le complicó a Pin, que la pidió puños en alto para despejarla pero no conectó con el balón. Se quedó botando, sin nadie bajo palos y con la bética León con el babero puesto para aprovechar el regalo. El gol cayó como un jarro de agua fría en el Granada, que se quedó unos minutos sonado y viendo a su portera lamentando el error.
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Pero como tristezas no caben en lo que ha sido, sin duda, una fiesta del fútbol femenino andaluz, las rojiblanca se subieron las medias, se ajustaron las botas y respondieron con la identidad y valentía que Lamesa les pedía 24 horas antes. La salida de Alicia ayudó a quedarse con el esférico ante un Betis que se contentó con el 0-1 y dejó de ser tan incisivo. La intensidad de las hispalenses bajó un grado y Pamela lo aprovechó en una jugada de las que llevan su firma. Dio la vuelta al equipo, se zafó de una bética y mandó un balón en largo precioso a Urre, que jugó para Lauri. La capitana leyó el pase y se anticipó en la línea de fondo, siendo arrollada por la portera en un penalti clarísimo que no se señaló. La repetición en la emisión televisiva no deja lugar a la duda.
Hubo otra jugada similar, apenas unos minutos después, en las que las tornas cambiaron y el trío arbitral acertó al no señalar un penalti muy demandado por la parroquia rojiblanca, de nuevo sobre Lauri. Fue una jugada inesperada, con el Betis sacando el balón jugado desde su portera. Y fue Cata la que golpeó mal y regaló el balón a Laura Pérez, que habilitó a Lauri. Esta picó sobre la guardameta, que no pudo frenar y chocó sin que hubiera nada punible.
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El partido entró en fase de ebullición. El Granada, a la desesperada, apretó arriba y a las béticas le entraron los nervios. Fruto de ello, una sucesión de jugadas en área contraria en las que a las de Lamesa les faltó acierto. Mascaró, que saltó con un cuarto de hora, agitó el duelo desde la ruptura y pudo empatar en un buen balón en largo que no atacó en el área con la suficiente voracidad. En otra, ya al filo del 90, se encontraba en claro fuera de juego.
Ya en el descuento, con las de Lamesa buscando el empate con todo, el Betis perdonó la sentencia en una gran jugada de Leire, que la puso atrás. Fue un penalti en movimiento lo que Sosa mandó a las nubes con la zurda por un pequeño topo en el césped. No fue la única jugada en la que se evitó un 0-2 que habría sido engañoso y demasiado castigo para un Granada, por momentos superior al Betis. Pi, en una gran parada con las rodillas, le sacó el gol de la sentencia a Laura. Fue lo último, porque así quiso la colegiada, que mal aconsejada por su juez de línea señaló un fuera de juego inexistente de Mascaró. Pudo haber cambiado el marcador que, aunque suene tópico, en Los Cármenes pareció lo de menos. Lo importante, la fiesta, no la iba a estropear nadie. Este equipo ya es historia por sus logros, por lo que representa, por unos intangibles que se asemejan a los de los mejores momentos del primer equipo masculino. El Granada perdió un partido y, por el camino, ganó a una afición que ojalá nunca olvide el gran equipo con el que cuenta en casa. Fútbol, sin apellidos.
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