Vale que en la vida es importante la actitud con la que afrontamos las cosas que nos pasan. No siempre es determinante, como con tan ... poco tacto expresó hace unos días Spiriman, pero sí importante. Tampoco es que podamos evitar que las cosas nos terminen ocurriendo, pero desde la actitud que uno tenga pueden desencadenarse unas consecuencias u otras. Luego, además de lo que nos ocurre, está lo que esperamos que nos ocurra. Creo que es Woody Allen quien mejor viene definiendo el pesimismo como el realismo más práctico.
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El galés, que volvía a casa, quizás con la ilusión de empezar de cero, entró a un partido resuelto 3-0 frente al West Ham. La cosa se complicó, Bale pudo sentenciar en el descuento pero no lo hizo y, poco después, les empataron. No todo cambia porque uno quiera.
Hay que tener cuidado con los referentes en los que uno se fija porque no todos los españoles podemos imitar a Rafael Nadal, pero quizás sí tomar decisiones a lo Yangel Herrera. ¿Quedarnos mirando la jugada desde la frontal o correr a rematar y marcar un golazo? O como Pablo en la isla ante la infidelidad de su novia: quemar su osito en la hoguera y crear con él una marca.
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