El Getafe celebra uno de sus goles ante la incredulidad de Montoro, Maximiano y Quini. EFE
La crónica

El Granada se desangra en Getafe

Los rojiblancos rompen su buena racha en el Coliseum ante un rival renacido que exprime las facilidades defensivas de los de Robert Moreno

Jueves, 20 de enero 2022, 21:08

Robert Moreno cuestionó que el Getafe siguiera siendo un rival directo del Granada y su profecía se confirmó en el Coliseum. No le hicieron falta ... sus flamantes fichajes a los azulones en el arranque para ajusticiar a unos rojiblancos frágiles como la porcelana en situaciones muy concretas, pero decisivas. La llegada de refuerzos a veces supone un acicate para los que ya están. Sirvió de ejemplo Sandro, que hizo un partidazo en ataque, ahora que se le cierne Borja Mayoral como competencia, que debutó con festejo también. El Granada se desangró ante los aguijonazos de los anfitriones. No renunció a responder en ataque, pero con tanto lastre era improbable despegar.

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Robert Moreno no pudo superar aquella añeja racha de Marcel Domingo. Sí confirmó que su creencia en la cantera es evidente. Apostó de inicio por Isma Ruiz, aun teniendo en el banquillo a Montoro y Gonalons. El francés, ni apareció en la segunda mitad. El de Gójar trató de auxiliar a Milla, aunque estaba en un entorno hostil. Paradójicamente, ninguno de los cachorros que alimenta Moreno acabó el encuentro, fuera Torrente al descanso y reemplazado Isma al borde de la hora. El central, que no había visto perder al equipo en Liga desde que es titular, se cayó del cartel con 1-1 y vio las muescas del Getafe desde fuera. Habrá quien apele a lo esotérico, a su condición de talismán.

Getafe

Soria; Damián, Djené, Mitrovic, Cuenca, Olivera; Maksimovic (Óscar Rodríguez, m. 89), Arambarri, Aleñá (Florentino, m. 89); Sandro (Jaime Mata, m. 74) y Enes Ünal (Borja Mayoral, m. 84).

4

-

2

Granada

Maximiano; Quini, Germán, Torrente (Domingos Duarte, m. 46), Carlos Neva (Escudero, m. 71); Isma Ruiz (Montoro, m. 59), Milla, Puertas (Bacca, m. 84), Machís (Álex Collado, m. 71); Luis Suárez y Jorge Molina.

  • GOLES: 1-0, m. 10: Sandro; 1-1, m. 13: Luis Suárez; 2-1, m. 48: Enes Ünal; 3-1, m. 63: Maksimovic; 3-2, m. 78: Luis Suárez; 4-2, m. 87: Borja Mayoral.

  • ÁRBITRO: Isidro Díaz de Mera Escuderos (comité castellano-manchego). Amonestó a los locales Enes Ünal (m. 29), Sandro (m. 72) y Arambarri (m. 85); y a los visitantes Torrente (m. 32), Puertas (m. 54), Milla (m. 66) y Domingos Duarte (m. 70).

  • INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 21 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Coliseum Alfonso Pérez, ante 7.634 espectadores.

Pronto se deshilachó el sistema atrás. La masa rojiblanca aún no estaba horneada y Arambarri entró con un cuchillo desde la frontal. Torrente había alejado la pelota hacia las nubes y la atrapó Olivera, expedita para el centrocampista uruguayo. Sorteó el cepo de Machís y la trampa para ratones de Milla. Sandro, agitado, recogió el rebote y lo alojó junto a la cepa del poste, sin que Maximiano hiciera una de sus estiradas sobrehumanas. La falta de contundencia ponía en inferioridad al Granada.

Un gol tempranero era el sueño de Quique Flores, cuyo aspecto recuerda al de Obi Wan Kenobi. Pero el maestro jedi se iba a encontrar una maniobra sublime del conjunto del 'padawan' Moreno. Una melodía armoniosa con la que Quini metió un centro y Molina la tradujo en peligro mortal para su antiguo equipo. Aguantó la rasca de Mitrovic y se giró como un bailarín para quitarle la gula a Luis Suárez, al que se le había olvidado lo de celebrar un gol propio. Se fue a abrazarse con Bacca, indicio de que su compatriota le debió advertir antes del encuentro que ese día tocaba ya devorar el filete.

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Con 1-1, el Getafe se siguió acompasando en su terreno y cargando balones al área. El Granada se encomendó a su druida en ataque. Ese Jorge Molina que reconoció, hace poco, que su ídolo infantil era Laudrup y que firmó un envío hacia Suárez de los que proveía el genio danés. Con una dejada que no supo aprovechar Puertas al enredarse en el área y un chut lejano ante su amigo Soria, mostró que agradecía el amor de la grada, pero que él había viajado para cumplir su misión. Su depósito no aguantó en la segunda mitad.

Maximiano estaba atento con sus puños y en la frontera de su área, como en una salida en la que Ünal le pudo hacer pupa. Torrente fue el siguiente amonestado y se puso hecho una furia por el salto de trampolín de Aleñá en su entrada. El joven murciano también se mosqueó en la cesión de un córner con el que Cuenca, al remate, encontró el poste. Maximiano, con telekinesis, atrajo el esférico hasta sus guantes.

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La calentura y la amarilla motivaron que Robert Moreno insertara a Domingos Duarte en la zaga tras el descanso. Vino un varapalo en toda la jeta. De un saque de esquina propio a una contra letal de los locales. Sandro despejó en el área propia hacia la frontal, donde Aleñá puso pies en polvorosa, mientras Quini no acertó a cazarlo en la persecución. Conectó con Sandro, que vio con mirilla láser a Ünal en el área. Chutó el turco, pero llegó Quini con el salvavidas. El delantero recogió sin ángulo, pero abrió el panorama ante un Domingos que flojeó encimándole, aún no aclimatado. El tiro del azulón limpió la escuadra como si fuera un torpedo.

Machís intentó un gancho rápido, pero Soria mantuvo la atención. Robert eliminó a Isma Ruiz para agilizar la reacción con Montoro. Enseguida, habilitó a Milla, cuyo zurdazo se desorientó, diestro como es.

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No era el día rojiblanco atrás y la vulnerabilidad se acusó en una aparición de Olivera por la derecha, a la espalda de una retaguardia adormecida, en la que Germán quiso tirar un fuera de juego sin avisar. El centro raso lo escupió fatal Maximiano, para que fusilara Maksimovic.

El martillazo dejó algo descompuesto al Granada, que inyectó energía en la izquierda con Escudero (otro exazulón) y Álex Collado, sin apenas incidencia. La intensidad persistía en el Getafe, con confianza, de chapa dura. Había alguien con fe en los rojiblancos, Luis Suárez, que fue desbocado a una presión sobre Soria, que alejó mal con los pies y le dio en el cuerpo al cafetero para hacer caja de nuevo. Ya había provocado expulsiones así, a Iñigo Martínez del Athletic y Diego González del Elche, pero no había exprimido hasta obtener un tanto.

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Salió su amigo Bacca al verde, a por la épica, pero también Borja Mayoral, refuerzo estrella de esta ventana invernal. Pronto justificó su fama con una acometida desde el costado hasta la meta, sacando del raíl a Domingos, que se resbaló. Está en una particular pretemporada, aún sin leña en la locomotora. Jugar así es el peaje para recuperarlo.

Un Granada con uñas pero pálido terminó como para irse al centro de salud a por una transfusión. El Getafe ya pasó su catarro y ahora respira hondo, sano. Quique había recetado los medicamentos correctos y ahora le han llegado vitaminas. A la idea, cartera. Los rojiblancos, a pensar en Osasuna.

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