Un Granada convencional que pone las bases para corregir su trayectoria

2. Queda muchísimo para aventurar un mejor destino para los rojiblancos, pero dio la impresión de que, en apenas una semana, Fran Escribá estableció unas bases más convencionales para corregir su trayectoria.

3. Hay dos procesos que se cruzan en la evolución: el psicológico y el táctico. Para lo mental, el grupo necesita recuperar confianza y nada mejor que la sensación de protección. Ante un Burgos muy peligroso en las últimas jornadas, el Granada logró que no chutara a puerta hasta el 1-1. Puede que acusara la baja de Curro Sánchez, pero también encontrarse un contrincante mejor fortificado. Desde la medición de riesgos, los rojiblancos tratan de alcanzar un estado de serenidad que les permita fluir.

4. El sistema parece claro para Escribá, el 4-4-2, aunque el segundo punta se pueda convertir en enganche, tanto si actúa Reinier como si lo hace Manu Trigueros. La presión ya no es obsesiva en terreno contrario, sino que se aposenta en el centro del campo, donde las líneas se juntan mejor y se impide la evolución del rival. El Burgos encontró tráfico y buscó mucho el mano a mano en banda, donde hubo trabajo para Brau frente a Sancris. El lateral zurdo pasó la prueba de fuego sin desentonar, aunque su papel no fuera brillante. El poso ha de adquirirlo con minutos.

5. Con un dibujo más convencional, todos parecieron tener mejor agarradas las distancias. Martin Hongla y Gonzalo Villar se entendieron bien y se recalcó que el equipo se expande mejor cuando el murciano mueve la batuta. Había sido el mejor de la pretemporada, pero Guille Abascal no le terminó de dar la confianza. Ahora, ya se verá si por convicción o por los problemas físicos de Sergio Ruiz, Escribá sí le dio el mando.

6. El Granada dispuso extremos naturales a pie cambiado, aunque esto también lo exhibió Abascal en su estreno. No hubo abuso de juego en raso desde el portero y Mariño sacó el largo cuando el Burgos se preparó para hostigar. Precisamente, de un envío largo del guardameta tras detener una falta llegó el primer gol. Por las características de la vanguardia, está claro que Tsitaishvili, Józwiak o Uzuni se muestran conformes en ataques rápidos cuando hay espacios.

7. Faltó inspiración arriba, quedó claro salvo en alguna opción aislada. Reinier ha de espabilar porque tuvo un estreno efervescente con el Deportivo, pero desde entonces, poco. No es una cuestión física porque está adquiriendo ritmo, sino de intermitencias a resolver. Escribá detectó su bajonazo y lo remedió con Manu Trigueros, que encima marcó.

8. Todas las decisiones del nuevo preparador estuvieron definidas por el sentido común, desde la alineación a los cambios. Chocó lo de Ignasi Miquel en el central diestro, pero seguramente fue porque Miguel Rubio estuvo tocado durante la semana. Lo demás, un once lógico, luego con mayor peso de la media con Trigueros y energía en las bandas dando entrada a Corbeanu y Pablo Sáenz.

9. Entre lo preocupante, el balón parado defensivo, un trabajo retratado en el empate burgalés. La imagen detenida es esclarecedora, con tres futbolistas rojiblancos clavados, mirando todo (Tsitaishvili, Villar y Trigueros), Hongla sin atajar por alto y Ricard Sánchez perdiendo la marca de su par, Lisandro López, aunque el balón le podía haber caído a algún otro rival para el remate. Pasa Escribá por ser un buen estratega en estas lides y le hará falta concentrarse en ello porque son situaciones determinantes, más ante la igualdad imperante en Segunda división. Si mejora esto y los talentos se iluminan un poco, las victorias llegarán.

10. Es pronto, pero este Granada ya parece distinto.