Iago Aspas encara a Domingos Duarte, frustrado como el resto de sus compañeros. LOF
Celta - Granada

Ni con cinco atrás se puede frenar a Iago Aspas

SEGUIMIENTO ·

Diego Martínez reforzó su defensa con la vuelta a los carrileros, inéditos de inicio este curso, pero fue insuficiente para detener al '10' del Celta

Lunes, 30 de noviembre 2020, 01:05

Hacía muchos meses que Diego Martínez no optaba de inicio por la fórmula de los tres centrales y los carrileros, que tan buen rendimiento ... dio el curso pasado tras el invierno. Había que remontarse a la última jornada de la campaña, de hecho, a la goleada al Athletic en Los Cármenes (4-0) que certificó la clasificacA Diego Martínez le pareció oportuno recuperarla en su vuelta a Balaídosión para la Europa League. , un regreso siempre feliz a casa aunque allí le vaya a esperar mientras quiera un genio vestido de diablo para sus rivales. El 'Maradona' de Vigo destrozó al Granada.

Publicidad

Iago Aspas lo hizo todo y todo bien, desde el principio hasta el final, consiguiendo que la disposición táctica de los rojiblancos, camaleónica en función de las alturas que ocupasen Foulquier y Neva en los carriles, terminara respondiendo a un esquema de cinco atrás más que a otra cosa. Fueron cinco y por momentos fueron pocos, acorralados por un Celta muy valiente y agresivo desde el primer minuto, atacando con dos laterales muy ofensivos y con Aspas rodeado de talento al mando de las operaciones.

No fue una buena tarde para Foulquier, lejos de la exuberancia física que le caracteriza desde que se lesionara el isquiosural derecho. Ya tuvo muchos problemas contra el Valladolid y volvió a sufrirlos en Vigo. Trató de intimidar a Nolito, motivado ante un 'ex', pero el gaditano no se amedrentó y le respondió con el empate. Le arrastró hacia dentro para la subida de Olaza, a quien no siguió Suárez tras la carrera de su gol, y la zaga del Granada apretó sus cinco miembros como si fuese un pinchito sin que ninguno pudiera evitar que Nolito marcase. El francés, desquiciado, lo pagó con Santi Mina en un feo codazo que propició su retirada antes de tiempo para que volviese a jugar Quini, testigo incrédulo de los dos goles que significaron la derrota.

Tampoco pudieron hacer mucho más Vallejo, Germán o Domingos, con Carlos Neva especialmente ocupado con Hugo Mallo. El maño trató de ayudar a Foulquier todo lo que pudo, con continuas coberturas, mientras que el capitán y el luso trataron de empequeñecer al genio de Moaña, que siempre saca algo por más que tenga la jugada en contra. De sus botas, y en circunstancias muy adversas, surgieron los tantos de Baeza y Beltrán. Aspas castigó una zaga que últimamente parece algo más vulnerable. Aunque formen cinco.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad