Luka Gagnidze gira sobre sí mismo durante el Trofeo del Olivo, antes de sufrir el esguince de su tobillo derecho. Real Jaén

Análisis

El Granada acumula cuatro meses sin ganar

Son once partidos, con el último del curso pasado, los de pretemporada y Liga más el Trofeo del Olivo

Rafael Lamelas

Granada

Viernes, 19 de septiembre 2025, 12:57

Ni en los amistosos encuentra motivos de celebración el Granada. Acumula cuatro meses sin ganar, una barbaridad en la que se incluye el final del ... último campeonato, los escasos cuatro partidos de pretemporada, las cinco jornadas de Liga Hypermotion disputadas y el Trofeo del Olivo afrontado el reciente jueves, en el que cayó por 3-2 ante el Real Jaén, conjunto anfitrión del evento, que milita en la 2ª RFEF –cuarta categoría nacional– y que no había ni vencido ni marcado en las dos primeras fechas de su torneo –solo guardaba un empate–.

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Los datos son escalofriantes para los rojiblancos y no tienen excusa alguna para justificar esta galopante crisis de resultados, que nace de una planificación bajo cuestión, con un rendimiento errático de buena parte de sus futbolistas, de todas las edades –en algunos casos, con un papel bochornoso en el estadio de La Victoria–, y un entrenador, Pacheta, que no acaba de dar con la tecla, pese a su experiencia y prestigio.

El 25 de mayo, en Los Cármenes, se disfrutó del último festejo de los nazaríes. Aquel 2-1 con el Castellón, ya con Pacheta a los mandos, que deparó una emocionante jornada final de la campaña 2024/25, en la que el Granada dependía de sí mismo para meterse en la fase de ascenso a Primera división. Para ello tenía que imponerse en Santander al Racing. Todo comenzó fenomenal con el tanto tempranero de Rebbach. Sin embargo, el equipo se descompuso tras la lesión de Manu Lama. Encajó un gol y pudieron caer otros antes del descanso. Justo a segundos de la pausa, Neva fue expulsado y deparó una segunda parte dramática. El empate no valía y en el alargue, encima, el equipo local se llevó la victoria por 2-1.

Allí murió el proyecto del curso pasado y comenzó un proceso de reestructuración que ha deparado un Granada informe, en construcción aún llegando al final de septiembre. La preparación estival no alimentó ilusión alguna, con derrota ante el Orlando Pirates (0-2), empates con el Cádiz (1-1) y el Qatar SC (0-0) y derrota en la presentación en Los Cármenes con el Al-Ain (0-3). Esto fue con balas de fogueo, pero con armamento real llegó la derrota con Deportivo (1-3), Eibar (3-0) y Mirandés (1-2), salpicadas por las expulsiones consecutivas de Manu Lama, Loïc Williams y Pere Haro, respectivamente.

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Un ligero haz de luz llegó en Málaga, pese a que el encuentro comenzó de manera horrenda, con un 2-0 en 20 minutos. El equipo se recompuso, recortó diferencias antes de llegar al entreacto y conquistó otra muesca en el acto final para al menos firmar las tablas, aunque con llegadas para haberse llevado los tres puntos incluso. Sin embargo, el empate no constituyó la palanca esperada que llevara al optimismo. Pese a que las estadísticas indicaron que el Granada llegó más y mejor ante el Leganés, fueron los pepineros los que arramblaron con la recaudación gracias a un penalti de Sola, que vino de un nuevo agujero defensivo; y un error clamoroso de Sergio Ruiz después, con pifia de Astralaga bajo palos.

Lo de Jaén simplemente rozó lo vergonzoso para cualquier aficionado que fuera a la provincia vecina o eligiera verlo en la tele o el ordenador. Con la 'segunda unidad' en el arranque, no hubo brillantez, pero sí cierto decoro. En los minutos de conclusión de la primera asomaron flaquezas que se enquistaron después, ya con la rueda de cambios en marcha. El Jaén, en esa tesitura, se puso dos veces por delante. Astralaga evitó la goleada en ese lapso. Faye y Pascual equilibraron y parecieron evitar el desastre, pero cuando todo parecía abocarse a los penaltis, los locales rasgaron un sistema defensivo rojiblanco que está para poco y que mandó al grupo con el rabo entre las piernas a Granada. Lo que tenía que ser una faena de aliño para los menos utilizados concluyó en un desastre sin paliativos, bajo el contagio de una trayectoria penosa. En once partidos contando el del Sardinero, tres empates –dos en pretemporada– y ocho derrotas. Solo seis goles a favor y 20 en contra. Imposible así.

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