C omo extranjero el Granada CF viaja por la Liga muy ligero de equipaje, con una timidez impropia de alguien que aspira a logros de ... relumbrón. De hecho, la lucha por entrar de nuevo entre los seis mejores del campeonato se le ha complicado mucho por la falta de equilibrio entre su buen rendimiento en casa y su incapacidad para traducir en triunfos sus partidos a domicilio. Su última salida antes del parón por los encuentros de la selección aún escuece. La derrota en Valencia dejó una sombra que no ha afectado al grupo. Detenerse a entender a este pelotón de malabaristas de lo ilógico lleva a la pérdida de la cordura. Se le solicita más, pero no se le puede exigir demasiado. Está donde le corresponde, a la espera de un destino que se augura feliz.
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El pasaporte para sellar la permanencia es pan comido, ya que apenas necesita dos victorias en las diez jornadas que restan. La cuestión es saber si el conjunto granadino ha recuperado algo de fuerza y dispone de suficiente combustible anímico y futbolístico para creerse con autoridad de seguir escalando. El Nuevo Los Cármenes es su gran refugio y en él intentará redimirse frente a un Villarreal que viene encendido por la personalidad fogosa de Unai Emery. Los castellonenses están en la misma situación que el Granada CF en la Europa League y en la Liga son séptimos con siete puntos más.
La solidez en casa del conjunto de Diego Martínez es la mejor garantía para ganar al Villarreal. Las razones pueden buscarse en muchos aspectos: el cansancio de los jugadores y las lesiones parecen los argumentos decisivos en el bajón. El duro golpe de Valencia hurgó en la herida del Granada que dijo adiós a sus opciones de luchar por la sexta plaza y deberá centrarse ahora en confirmar su permanencia, un año más, en la élite. Para asegurar el objetivo nada como una victoria ante el Villarreal. Los tres puntos levantarían la moral de cara a la ida contra el Manchester.
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