Goleada ante la afición en la Ciudad Deportiva

Con mucha expectación en la Ciudad Deportiva, abarrotados los 770 asientos de la grada, Aitor Karanka optó por la titularidad de Raúl Fernández bajo palos tras dejarle sin minutos en Córdoba. El entrenador mantuvo la línea defensiva de entonces y en adelante apostó por Njegos Petrovic y Mario González en la medular, Antonio Puertas por la derecha y Matías Arezo en punta. De esa forma, repitieron de inicio Ricard Sánchez, Pepe Sánchez, Miki Bosch, Adrián Marín, Alberto Soro y Mario da Costa. Tras un primer aviso de Puertas desde la frontal, un robo de Arezo sobre Lolo dentro del área a los nueve minutos acabó con un disparo taponado del almeriense cuyo rechace embocó a gol Mario da Costa, que empleó con calma el interior del pie izquierdo.

Se vio desde el principio a un equipo mucho más dominante que el que abrió el verano en Córdoba. Intervenía con mucho acierto el juvenil Mario González, internacional sub-18. Bajo palos, no dejaba de dar indicaciones Raúl Fernández, muy encima de la coordinación de Pepe y Bosch. Un envío en largo del portero que prolongó Soro dejó en muy buena disposición de cara a gol a Arezo, pero su zurdazo se marchó demasiado cruzado. El bilbaíno hizo una gran parada, para deleite de sus nuevos aficionados, a los veinte minutos a disparo de Juanito. No quedó en tan buen lugar cuando se quedó a media salida en un centro que Corral envió al poste al anticiparse. A continuación, Da Costa hizo un culebreo 'maradoniano' para plantarse ante Ernesto, pero no consiguió batirle.

Dos disparos inocentes de Da Costa y Soro desde la frontal siguieron a una pausa de hidratación a la media hora que ya empleó el Linares para hacer sus primeras sustituciones. Fue Antonio Puertas quien amplió la ventaja con una gran volea con la pierna izquierda tras una dejada de Arezo después de una llegada hasta línea de fondo de Ricard Sánchez, siempre profundo. Un choque de cabezas del intenso Pepe con Corral le dejó bastante dolorido, con el pómulo inflamado, y antes del descanso le reemplazó Youness, habitual centrocampista que se incrustó en la zaga. Poco después, en el intermedio, Karanka dio entrada a André Ferreira, también debutante, así como a Brau, Bodiger, Uzuni, Bryan, Butzke y Jorge Molina. Solo siguieron desde el inicio Ricard Sánchez, Bosch y Petrovic.

Bryan Zaragoza volvió a encarar en la primera pelota que recibió, subido a la misma moto que ya condujo en El Arcángel. Para él fueron los primeros aplausos en la segunda mitad, cómodo en el mismo escenario en el que tanto ha competido con el filial. Un rechace dejó a Adri Butzke solo ante Samu Casado, pero el portero consiguió repeler su disparo, pero la atención seguía puesta en Bryan mientras seguía dejando rivales atrás con su cambio de ritmo. Otra centella, Uzuni, fue el siguiente en toparse con Casado tras ganar una carrera al espacio libre. Un buen centro de Bryan fue rematado con poderío aéreo por Miki Bosch, pero su remate picado se marchó fuera.

Casado siguió empeñado en que el Granada no ampliase más su renta y volvió a sacar una buena mano a Jorge Molina en un contragolpe que condujo Butzke. Nada pudo hacer no obstante ante la enésima conducción eléctrica de Bryan Zaragoza pasada la hora de juego. Controló un balón llovido en su propio campo y echó a correr imparable hasta internarse en el área, donde pareció escorarse demasiado. Sin embargo, su tiro raso sorprendió a Casado por entre sus piernas. Poco después, un zambombazo ligeramente desviado de Petrovic hacia su escuadra precedió la diana de Adri Butzke tras una dejada de Uzuni. El canterano quiso devolverle la asistencia más tarde, pero el albanés intentó asistir a Jorge Molina en lugar de definir y su pase no pudo llegar al alcoyano, que sí marcó escasos segundos más tarde tras un servicio de Bryan.

Aún el Linares forzó una parada espectacular de André Ferreira, su primera como rojiblanco. El luso se estiró felino para evitar que un remate picado al segundo palo entrase a gol. Fue lo último que ocurrió en un encuentro que sirvió para que los aficionados conociesen más de cerca a sus dos nuevos porteros, así como a Yann Bodiger, aunque de la goleada se pudieran sacar tan pocas conclusiones como de la anecdótica derrota en Córdoba.