García Amado y Rodríguez darán explicaciones sobre el mercado

Ambos dirigentes darán la cara para profundizar en lo sucedido durante estas semanas. Lo normal es que arrojen luz especialmente sobre la última jornada de incorporaciones, el pasado 1 de septiembre, que tuvo una conclusión agitada. El club oficializó la contratación de Álvaro Fernández Carreras, su sexto y último fichaje, como estaba previsto, y confirmó las salidas de Alberto Soro, Yann Bodiger (aunque no se sabe cuánto dinero perdonó en su rescisión) y Alpha Diounkou, pero hubo otras posibles operaciones que se quedaron atrancadas, unas de llegadas y otras de salidas.

Una inquietud entre los seguidores es si sobró margen en el tope salarial que permitiera resolver ahora alguna deficiencia de la plantilla con jugadores que sigan libres tras el cierre, pudiendo fichar por otros equipos. La respuesta aparente es que no, aunque no llega por vía oficial, pero esto llevará a explicar cómo se ha consumido el aumento de ingresos respecto a la temporada en Segunda. Contabilizarán aumentos salariales por el ascenso (igual que hay mermas al 50% si el equipo baja), renovaciones pactadas al alza por subir y los pagos obligatorios por Weissman y Diédhiou, más los de nuevo cuño por Villar y Boyé. Este último, con el salto propiciado por el escape de Samu por seis millones. Lo del canterano y la falta de anuncio del patrocinador principal saldrán a la palestra probablemente.

Otro de los temas a aclarar es el de propio Weissman. El gesto de su inscripción en el portal de LaLiga, reflejado a media tarde del día final, delató que el Granada asumía su continuidad, lo que consumía un trozo importante de la 'tarta' económica, entre la amortización del fichaje del jugador, ya contabilizada (su coste dividido entre la duración del vínculo) y el salario del israelí, que supera los dos millones de euros brutos. Una cantidad que, en caso de haber sido ahorrada, habría permitido liquidez a la cúpula de mando.

Otra gran duda, que quizás no se despeje, es qué tenía previsto hacer el Granada con ese ahorro. Lo normal era pensar en agregar uno o dos especialistas defensivos, seguramente un pivote que pudiera actuar en la zaga. El nombre de Paul apareció en los días previos, pero finalmente se marchó al Olympique de Lyon en un traspaso de 4 millones de euros por el 70% del pase, cantidad inalcanzable para los rojiblancos incluso colocando a Weissman. Qué nombres tenían tapados o fueron ofrecidos está entre interrogantes.

Atranques y amenazas

Tampoco se marcharon Famara Diédhiou y Alberto Perea, que estuvieron en todas las quinielas de la 'operación salida'. Chocó sobre todo en el caso del primero, que manejó varias opciones. Con Perea hubo menos ruido de alternativas y se acomodó. Es posible además que la dirección responda a si hubo 'amenazas' reales por dos estiletes del equipo, Bryan Zaragoza y Myrto Uzuni. Si alguna entidad se acercó siquiera a sus cláusulas de rescisión, de 14 y 25 millones, respectivamente. Es habitual, por último, desvelar el límite coste-plantilla que, en unos días, se podrá escalar con los demás de Primera cuando los confirme LaLiga en su exposición habitual posmercado.