Rubén Sánchez progresa por la banda derecha. LOF
La contracrónica

Frenesí en el FIB de Castalia

El Granada compite en medio del zafarrancho que le propone su rival pese a los seis cambios en su alineación por las obligatorias rotaciones y gana gracias a un gol de penalti de Uzuni, el que siempre está ahí, ya durante el descuento

Miércoles, 23 de octubre 2024, 00:03

Tanto se repitió aquello de que en Castalia pasan muchas cosas que quizás por eso LaLiga –o sea, Javier Tebas– quiso fijar la visita del ... Granada en horario de Champions League. Y sí que hubo de todo, más allá de los cinco goles incluso, como irse la luz no una sino dos veces. Con seis novedades había desplegado a su equipo Fran Escribá, más de medio equipo nuevo, y un inédito rombo en la medular que sus futbolistas agradecieron tanto como lo sufrieron en medio del zafarrancho. Quizás no hubiera otra manera de competirle a un equipo tan particular como el Castellón.

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Como anticipo de lo que ocurrirá con la Copa del Rey la semana que viene, había muchos futbolistas con ganas de reivindicarse en el Granada. Rubén Sánchez, en concreto, se estrenó como titular en Castalia mientras que Ignasi Miquel, Sergio Ruiz y Reinier volvían a gozar de oportunidades para reclamar el protagonismo que se les venía negando. Todo parecía fluir en torno a la nueva formación, con el brasileño flotando como mediapunta tras Lucas Boyé y Myrto Uzuni. Incluso marcó, mientras el Real Madrid al que aún pertenece y el Borussia de Dortmund en el que estuvo cedido dos temporadas se medían en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, la lesión de Loïc Williams marcaría un antes y un después.

Como sonado al perder la piedra o más bien la roca sobre la que Fran Escribá venía construyendo la nueva solidez del Granada, los rojiblancos encajaron dos goles en un visto y no visto sin que pudieran fundir de nuevo los plomos entre un tanto y otro como recurso para parar el partido. Nadie acudió a tapar el centro de Willems –una versión zurda y mejorada de Babin– en el primero de ellos, ciega la banda derecha al quedarse a medio camino tanto Sergio Ruiz como Rubén Sánchez. Tres porterías a cero después, Diego Mariño volvió a parecer humano.

Antes de la lesión de Loïc, no obstante, a quien sí que se le hizo de noche fue a Lucas Boyé dentro del área. El capitán argentino del equipo parece empeñado en priorizar su cuenta de asistencias sobre la de goles, y, pese a la insistencia de Escribá al pedirle que chute sin pensar como bien que le conoce, este trató de devolverle a Hongla el balón que este le había puesto pese a la opción del disparo.

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Al Granada trataba de estirarlo por banda derecha Rubén Sánchez, que sin referencias directas por delante explotaba la potencia de sus zancadas con autopases. Intervino en el gol de Reinier, aunque al brasileño le beneficiara un despeje defectuoso. Por la izquierda, Kamil Józwiak oscilaba entre la cal y el apoyo sobre Martin Hongla, falto de veneno cuando fue a golpear en dos acciones sobre la frontal.

Como si el descanso hubiera durado lo que una pausa para la hidratación veraniega, el Granada sacó provecho del frenético FIB de Castalia con el empate de Miguel Ángel Brau nada más reanudarse el juego en un balón parado servido por Sergio Ruiz. Lo celebró con rabia, él, que en ese mismo campo descendió a Segunda RFEF con el Recreativo meses atrás y que tuvo que ingresar durante la primera parte de urgencia por Loïc.

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Siguió el rombo con las entradas de Giorgi Tsitaishvili y Pablo Sáenz por Reinier y Józwiak a la hora, pero las revoluciones terminaron por caer. Rubén Sánchez regaló un uno contra uno a Uzuni que este no aprovechó tras otra arrancada espectacular del lateral previa a sus calambres, pero iba a ser entre Mariño y el larguero como salvarían los rojiblancos un punto para luego ganar los otros dos durante el descuento. Lo marcó de penalti Uzuni, el que siempre está ahí, dispuesto a prender cualquier hoguera. Esta vez, encima, sí que agarró el escudo del Granada y no el logo de Adidas.

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