Una larga noche de fiesta en Granada

El equipo lo celebró primero en Los Cármenes. Más tarde se montó en un autobús descapotable para partir rumbo a Las Batallas. Uno a uno, sobre la 1.30 horas, los jugadores se bajaron para hermanarse con la afición, que les esperaba en el epicentro de las alegrías rojiblancas.

La bandera se colgó en lo alto de la fuente por parte de Quini, Molina y Víctor Díaz, que se subieron a una grúa para que quedara claro quién ha llegado de nuevo a Primera. Y hasta se pudo ver a Antonio Puertas y Myto Uzuni, que en el autobús agarró una bengala, desvestirse para darse un chapuzón de madrugada. Una fiesta que nadie se quiso perder; tampoco la presidenta, Sophia Yang, junto al abogado Javier Aranguren, ni por supuesto los directores general y deportivo Alfredo García Amado y Nico Rodríguez.

El bus del Granada tomó velocidad tras llegar a Neptuno mientras la gente comenzaba a agolparse en el entorno del hotel Barceló. Los jugadores del Granada descendieron entre aficionados del equipo, que gritaban a los héroes del ascenso. Accedieron como pudieron al hotel, donde la fiesta continuó de forma privada.

Manuel Lucena, exjugador y delegado del equipo, fue el último en acceder al hotel Barceló. Los aficionados comenzaron a retirarse del Barceló para continuar con la fiesta, muchos de ellos en una conocida discoteca próxima a la que posteriormente se trasladaron bastantes futbolistas aunque no todos. Advertido el DJ, hizo sonar el himno del club para que todos los asistentes lo cantasen al únisono en un instante de comunión. Así terminó la celebración del Granada con su afición, después de hora y media de viaje por las calles de Granada.