Otra fiesta de la afición del Granada en Albacete

Algo más tarde de las siete y media de la mañana salieron los autobuses desde la avenida Salvador Allende del Zaidín, junto a Los Cármenes, llegando a Albacete con el del equipo ya en el Belmonte sin el recibimiento que una salida más prudente le habría ofrecido. Viajaron pandillas como las de Antonio, Víctor, Carlos y Samuel pero también padres e hijos como Raúl y Cristina, de Maracena.

Sin tiempo casi ni para trasegar una mísera cerveza, y mucho menos de un buen vino manchego, la afición del Granada ocupó su esquina en el Belmonte para prestar su apoyo. El partido se jugaba al filo de la navaja, con 'uys' sarcásticos entre hinchas ante las ocasiones de uno y otro equipo, cuando los goles rojiblancos cabrearon a los anfitriones. «El año que viene nos vemos otra vez», se cantó a los granadinistas, que respondieron calificando Albacete de aldea y a su campo, de futbolín.

La euforia por la victoria no impidió que se volviera a cantar contra la directiva. Cartagena asoma ya como la próxima parada del bus. Raúl tendrá que cumplir la promesa que le hizo a su hija y volver a acompañarle hasta allí.