El Granada femenino se desdibuja y muestra sus carencias

El duelo se disputó bajo un sol casi primaveral que llenó el graderío del feudo rojiblanco de la Carretera de Alfacar. Un ambiente lleno de camisetas rojiblancas horizontales con todo a favor para dar un golpe sobre la mesa y dejar a las béticas a siete puntos en Liga F. No fue así. El Femenino comenzó el partido con un planteamiento idéntico al de la pasada semana en Valencia. Un 4-4-2 con Alba Pérez en detrimento de la lesionada Cristina Postigo más las mismas futbolistas que salieron de inicio en el Antonio Puchades.

Aunque ya avisó en la previa el entrenador nazarí del buen juego de las visitantes a pesar de su posición –penúltimas clasificadas–, resultó sorprendente para mal la inoperancia arriba de las locales. Con las verdiblancas Naima, Gema o Estela tapando los pases a Ari Mingueza e Iribarren, al Granada solo le quedaron las bandas. Una herramienta que explotó bien el equipo para apurar la línea de cal y colgar balones.

No estuvieron finas las rematadoras. Especialmente Edna, que marró varias ocasiones claras antes de acertar en el penalti que sacó Alexia –la más inspirada en ataque– en una de sus intentonas por la izquierda. El gol hizo creer en la remontada ya en la segunda mitad tras suponer el empate al tanto tempranero de la visitante Rosa Márquez, que estrenó las redes de Laura Sánchez tras remachar un rechace dentro del área en un saque de esquina. El balón parado rojiblanco fue un drama tanto en ataque como en defensa.

El Femenino se enchufó y marchó valiente hacia el tanto del triunfo con un esquema de rombo con Andrea Gómez por detrás de Lauri y Edna. El equipo avasalló al Real Betis, pero un disparo lejano de Carla Armengol sorprendió a la meta granadinista para aguar las esperanzas de toda la Ciudad Deportiva. Un batacazo que desdibujó al Granada.