Machís, durante el partido con el Betis. a. aguilar
Granada CF

La falta de simetría en los extremos rojiblancos

El equipo cuenta con un único extremo nato para jugar en la zurda, Machís, mientras que aglutina en la derecha a Puertas, Soro y Rubén Rochina

Viernes, 17 de septiembre 2021, 01:10

Este Granada ha sido concebido como una plantilla corta, competitiva, en la que todos puedan tener su cuota de protagonismo si trabajan y doblen las ... posiciones. Sin embargo, se detecta una falta de simetría en los extremos que puede acabar perjudicando a unos y otros. En la zurda solamente hay un extremo puro que habitualmente ocupe esa zona y es el venezolano Darwin Machís. El de Tucupita, que aún está arrancando motores este curso tras las dudas recientes acerca de su continuidad, se mueve como pez en el agua por delante de Neva, buscando el uno para uno en esa jugada tan suya que tiene como destino siempre el palo largo de la meta.

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A la hora de buscarle relevo, no hay un jugador que haya acumulado ahí muchos minutos. El técnico catalán, como ya hiciera su predecesor, está colocando al colombiano Luis Suárez en algunos compases, sobre todo por su capacidad de romper al espacio desde ahí y trazar, como ante el Betis, una jugada muy similar a la de su compañero Darwin. No obstante, la decisión de coger el '9' este curso habla muy a las claras de cuál es la mejor zona de influencia del cafetero, que quiere ser un 'killer' y rematar su conexión con Bacca, al que también se ha visto pasar de forma tímida por ese perfil zurdo.

Esta falta de recursos revulsivos en la izquierda contrasta con la situación en la derecha, donde conviven tres futbolistas muy adaptados. El más puro es Antonio Puertas. El '10' tiene esa habilidad para ser indetectable en el área contraria y participar por el frente aunque le guste partir de esa banda. El almeriense es muy útil por su conducción y lo bien que esconde el balón, un trilero que siempre parece complicarse en el regate pero sale vencedor del duelo por ese culebreo tan suyo. Que el año pasado fuese uno de los que más asistencias repartiera también habla bien de su faceta llegadora a línea de fondo para dar el último pase.

Este año está pugnando por el sitio con un Alberto Soro que parece haber madurado en un curso como rojiblanco lo que otros no llegan a hacer en un lustro. Aplicado, siempre interactúa, nunca se esconde y le gusta entrar por medio, involucrándose en la creación y dejando en ocasiones el espacio más profundo al lateral diestro. Su pretemporada fue todo lo ilusionante que debía, pero no había tenido oportunidades hasta su titularidad contra el Betis. El maño ya no es el único competidor para Puertas. Si el almeriense era un hijo pródigo que volvió a la casa hace cuatro veranos, el valenciano Rubén Rochina puede presumir de una historia similar.

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Comparte con Soro lo zocato y con Puertas esa habilidad para salir por dentro o por fuera, si bien el regate de Rochina es mucho más seco y saca mayor ventaja de su excelente golpeo que de su velocidad driblando. Ante el Betis, fue la opción para la banda zurda en el último tramo y de sus botas nació el gol del empate. Aunque Puertas y Soro sean más incisivos, Rochina cuenta a favor con un balón parado prodigioso y un sentido fabuloso del espacio y el tiempo a la hora de lanzar contragolpes.

Todos ellos podrían acostarse en el lado zurdo de la cama rojiblanca si fuese necesario, aunque ninguno juega ahí de forma habitual. La falta de alternativas en la izquierda posibilita que, como ocurrió en la última derrota, los cambios de dibujo acaben con jugadores fuera de su posición o asumiendo una zona compleja de determinar. Por ejemplo, la de Eteki. El camerunés salió cuando el equipo estaba con dos puntas, con Rochina en la zurda, dos jugadores en la medular y la izquierda desocupada sin Machís. Al final, en lo que pareció un 4-4-2 al uso en defensa y en rombo a la hora de atacar, se notó que el puñal en la izquierda no tenía más filo que el de un Neva que acusaba el cansancio. Explotar esa izquierda pasa, entonces, por la salud de un Machís que debe despegar y el siempre corajudo Luis Suárez, un devorador de espacios que, de zafarse del lateral, puede sacarse mucho partido pegado en la cal, aunque eso signifique alejar del área al único goleador de la escuadra nazarí por el momento.

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