Lo más importante de las cosas que no son importantes
POETAS ·
Los escritores Luis García Montero y Fernando Valverde coinciden en el sentimiento rojiblanco, que les viene heredado de su padre y abuelo, respectivamente. Ambos vieron al Granada en Tercera y ahora disfrutan de los éxitos en la máxima categoríaPublicidad
Los escritores Luis García Montero y Fernando Valverde coinciden en el sentimiento rojiblanco, que les viene heredado de su padre y abuelo, respectivamente. Ambos vieron ... al Granada en los campos de Tercera división y ahora disfrutan de los éxitos en la máxima categoría del fútbol español en la distancia. El primero lo hace en Madrid, mientras que el segundo sigue desde Charlottesville (Estados Unidos) a su equipo a través de una «megaconexión» de televisión por cable para poder ver a los rojiblancos en un país en donde el fútbol se refiere a otro deporte. Son forofos del club rojiblanco porque, como los dos citan, «el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes de la vida».
Ambos se refieren al Granada desde el sentimiento de un aficionado que ha pisado Los Cármenes cuando era un niño. García Montero rememora al todopoderoso Granada de los años 70 y no se olvida de esa defensa conformada por Aguirre Suárez y Fernández. Su primer recuerdo en el campo de la avenida de Madrid es de un Granada - Real Madrid en el que no daba la altura para levantarse cuando el balón se acercaba a la portería contraria y todo el público se ponía de pie y él esperaba un 'uy' o un 'gol' para saber si el delantero había cumplido su trabajo. En su memoria quedan también las importantes rivalidades que existían con el Málaga cuando ambos compartían la élite del balompié nacional o la petición unánime de Los Cármenes al grito de 'Joseíto, cabezón' para que sacara a Porta.
Domingos por la tarde
A veces las infancias escapan de sí mismas
y corren por la lluvia como en fuera de juego
sin oír las sirenas de los árbitros.
Es verdad que son mares en un vaso de agua,
pero hay olas que tienen esa espuma
de las alineaciones,
paraísos que aguardan los despachos
del último minuto
o días que amanecen
con la tranquilidad de un tres a cero,
de un cinco a cero en punto de la tarde.
Por lo demás también hay labios
en el extremo izquierda del domingo,
lesiones en las dudas del mañana,
pasados que regresan
igual que una llamada de teléfono.
- ¿Y lo de ayer? Sonríe la memoria,
cuando parece amiga del equipo contrario.
Las verdades del área
son rectas de dudosa geometría,
como ardientes amores de ficción
en manos de un penalti.
Por eso saben mucho
de la felicidad y la belleza.
No conviene que demos a estas cosas
un valor excesivo.
Son noventa minutos en un vaso de agua.
Pero a mí me han quitado muchas veces la sed.
----------Luis García Montero---------
Valverde nació cuando el club ya había bajado a Segunda división y no conoció la Primera en rojiblanco, como una extensa generación, hasta que en 2011 se volvió a ascender en Elche. De su boca sale sin quererlo el término 'liguilla', esa palabra que ha marcado a todos los que conocieron a los nazaríes en Segunda B y siempre soñaban con que el equipo acabara entre los cuatro primeros para tener la opción de optar a recuperar la categoría de plata.
Publicidad
¿Y ahora qué?, se le pregunta a esta dupla prodigiosa de la literatura en la distancia, al vivirse una de las épocas doradas del club rojiblanco. García Montero reflexiona acerca de una alegría que no es «coyuntural» después de que se haya producido una consolidación del equipo en Primera división. «Ha sido muy emocionante asistir a los partidos que hemos tenido recientemente en Liga, Copa del Rey y Europa League».
Valverde recuerda que el club vivió y palpó como próxima la desaparición y califica como «un milagro» la llegada de Paco Sanz para rescatar a la entidad nazarí cuando se contaban las horas para escribir su obituario. «Los que hablan de que en Old Trafford era el partido más importante de la historia del club no estuvieron en Alcorcón o en los penaltis del Celta, porque ahí cambió nuestra suerte», concluye Valverde, que deja una mención para Diego Martínez, a quien califica como un tipo «muy brillante, que sabía lo que era venir de la nada y ha conectado con la afición del Granada».
Publicidad
El milagro rojiblanco (A los granadinistas que no sobrevivieron para ver el ascenso)
Recuerdo el viejo estadio de Los Cármenes,
mis manos en la valla y la ilusión
puesta en cada segundo.
Con la bufanda al cuello, rojiblanca,
soñábamos los dos con el ascenso.
Parecía tan lejos que en cada decepción
había una mirada entre nosotros
que nos hacía iguales.
Tú me hablabas de Porta, de Fernández,
de la muerte de Alberty y sus naranjas,
de un carnet compartido para ver media liga,
de unos tiempos más grises pese a rozar la gloria…
Yo faltaba al colegio para ver entrenar
a Notario y a Ángel
o al ansioso de Lucas que marcó el gol aquel,
tienes que recordarlo,
el tiempo se detuvo y el balón
acarició las redes. Parece que estoy viendo
su carrera furiosa de agonía.
La suerte nunca estuvo a nuestro lado.
Cuando todos nos daban por perdidos,
cuando todos los puentes se hicieron precipicios
y alguien echaba tierra en nuestros labios
con la sonrisa cínica de un traidor victorioso
y repetían muerte, muerte, muerte,
con la voz de quien juzga mientras reza.
Entonces (cuánto habrías gozado aquel milagro)
la magia se volcó sobre nosotros.
No volveré a decir que es imposible.
----------Fernando Valverde---------
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión