Domingos Duarte y Petrovic tratan de sujetar a Róber Pier en el partido con el Levante. R. L. P.
Granada CF

Eliminar la fragilidad o descender

Análisis ·

El conjunto rojiblanco no ha mejorado su faceta defensiva en los partidos de Torrecilla y eso ha precipitado el fin de la era del técnico extremeño

Martes, 19 de abril 2022, 10:26

El sistema con tres centrales en fútbol se ha puesto de moda. Lo usa el vigente campeón de Europa, el Chelsea. En Primera, lo emplearon ... en la pasada jornada Atlético de Madrid, Espanyol, Elche, Mallorca, Getafe, Granada y Levante. Algunos, como granotas y rojiblancos, se enfrentaron. Pero aunque los dibujos se parezcan, los patrones de cada uno difieren. Unos, porque acumulan más futbolistas en el centro del campo. Otros, porque sus carrileros son de perfil más atacante. Los hay con mucha posesión y con poca, con llegadas más elaboradas o con avances fugaces, que sueltan velocistas arriba o que apuestan por delanteros más definidos. En definitiva, el esquema no es más que una distribución, pero no determina la conducta de un equipo. Tampoco da señales del estado físico y anímico de una plantilla.

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Hay quien acusó de rácano a Rubén Torrecilla (en el que se convirtió en su último partido con el primer equipo) por acumular tres zagueros atrás, su planteamiento favorito, que en realidad serían cinco porque la naturaleza de Quini y Escudero les determina como laterales. No deja de sorprender porque habría que usar el mismo calificativo con Alessio Lisci, que esbozó lo mismo enfrente, pero sin menoscabo de su poderío ofensivo. El Granada salió con muchos defensas en el arranque, pero no para replegar, algo que habría restringido las posibilidades de balas como Morales, sino para presionar al contrario, como se vio en las primeras intentonas de salida desde atrás de los levantinistas.

Con un mero balón en largo al espacio, los visitantes de Los Cármenes generaron auténticos desconciertos. La presión alta, ese aparente rasgo de identidad de los cuadros dominadores, sirvió de poco al Granada. Más que nada, porque no la hace de manera coordinada y porque sus centrocampistas contienen poco. El Levante, como el Elche y el Rayo, marcó pronto en el feudo del Zaidín, pero ya había dado avisos en ciertas llegadas.

El Granada está cayendo en barrena. En lo defensivo, no mejoró bajo el dictado de Rubén Torrecilla, al que la dirección nunca retiró la interinidad y que cayó este lunes. Quiso recuperar la intensidad y tocar la fibra sensible del vestuario, pero los problemas tácticos y de rendimiento individual han permanecido.

Es cierto que veteranos como Víctor Díaz o Germán atraviesan una fase crepuscular, pero no es menos real que sobreexpuestos les asoman más las carencias. No puede ser que Morales tuviera tan pronto, con 0-0, un mano a mano con el capitán como el que acabó convertido en el primer tanto de los valencianos. Fallaron las coberturas y el repliegue colectivo resultó nefasto.

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El Granada ha sido incapaz de recuperar la garantía que da la puerta a cero. Solo ha firmado cinco en toda la Liga. Fuera, en Villarreal, con el Levante y en Elche. En casa, con Sevilla y Cádiz, ninguna con Rubén Torrecilla. Fue destituido mientras seguía buscando un plan que funcionara y un grupo que lo articulara. En el Pizjuán, con las líneas pertrechadas, el equipo no se desenvolvió mal hasta el descanso, con Eteki de ancla. Tras su amonestación, con poca energía, en la segunda mitad el cuadro de Lopetegui se apoderó del choque. El domingo, Torrecilla no quiso contar con el camerunés y tampoco pudo disponer de Gonalons, con molestias justo cuando apuraba para volver. Montoro sí volvió a jugar, pero con el asunto ya resuelto. Con el valenciano se abren variantes, pero ya serán para Aitor Karanka.

Por acumulación no se tiene por qué proteger un equipo mejor, pero cuando es frágil, le conviene conceder poco, como sea. Quizás ahora, con algún pivote más disponibles, los rojiblancos puedan explotar otras versiones, pero lo de menos al final será que luego haya cuatro, tres o uno en la retaguardia. Es el concepto defensivo el que no se ha corregido, porque se pretende algo para lo que no alcanza. O el Granada deja de ser transparente o el descenso será una realidad. Aitor Karanka tiene faena. Una de ellas, decidir el sistema.

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