David Barral, en su etapa en el Granada. Alfredo Aguilar

Opinión Granada CF

Ilusiones que acabaron en fiascos

El 'doce' ·

Hay una zona donde esta circunstancia ha sido reiterada; se trata del ataque, la de la persona llamada a ser el goleador

Eduardo Zurita

Granada

Lunes, 14 de julio 2025, 17:13

En esta pretemporada se agolpan los rumores y, con ellos, las ilusiones y también dudas de los aficionados. La intensidad de estas sensaciones, y de ... las cuitas sobre el futuro, aumenta cuando se requieren muchos cambios.

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Las estancias en ligas profesionales de Primera o Segunda, que hace ya más de una década disfruta el Granada, han tenido siempre durante el verano expectativas sobre nuevos jugadores. El tema viene de largo. Los más veteranos entre la hinchada rojiblanca recuerdan aquellos ya lejanos estíos en los que, bajo la presidencia de Cándido Gómez, siempre se filtraban rumores de fichajes rimbombantes que muchas veces finalizaban en serpientes de verano. Es raro el periodo de pretemporada en competición profesional en que no se ha barajado un nombre de cierto empaque. El actual sistema de control financiero de los presupuestos de los equipos vinculados a LaLiga suele retrasar los anuncios, aún más para clubes de Segunda que deben conformarse con esperar a descartes de Primera o buenos jugadores que no terminan de concretar sus incorporaciones a otros equipos.

Desde que el Granada volvió a ligas profesionales, se han producido reiteradas incorporaciones de jugadores con nombre que han devenido en fiascos. Hay una zona donde esta circunstancia ha sido reiterada; se trata del ataque, la de la persona llamada a ser el goleador. Vinieron para asegurar un número de goles suficiente, pero no lo hicieron.

Es el caso de Barral que, después de varias temporadas marcando en otros equipos, pasó sin conseguir un solo tanto en partido oficial. Riki llegó tras una temporada anterior prolífica, y pasó por aquí con más pena que gloria. Más recientemente, se contrató en invierno a Weissman para que contribuyera al objetivo del ascenso último a Primera, que se obtuvo sin que el israelí ayudase más que con un gol en su primer partido. Camino parecido lleva Stoichkov, también llegado a mitad de campaña para empujar hacia la élite al equipo, y nuevamente no pasó de un gol en Elda en toda una segunda vuelta. Eran jugadores contrastados, con experiencia, pero no cuajó ninguno de ellos. Unos pocos, como Soldado y Molina, sí dejaron una gran huella como veteranos que ayudaron mucho en la punta.

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Quizá uno de los puestos a cubrir ahora sea el de un delantero contrastado, que se echó de menos en la segunda vuelta de la última temporada tras la marcha de Uzuni, que lo era en Segunda. Acertar con el hombre, y no fiar todo al nombre, puede ser fundamental para el próximo curso futbolístico.

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