Domingos Duarte no logra evitar un disparo de Benzema. PEPE MARÍN
Granada - Real Madrid

Duarte impone su ley, pero no logra corregir en los dos goles

El portugués venció en su duelo particular con Benzema y se prodigó una vez más en ataque, pero cayó en el tanteo ante el punta blanco

Chema Ruiz España

GRANADA

Martes, 14 de julio 2020, 02:18

Domingos Duarte es hoy un futbolista distinto del que aterrizó en Los Cármenes hace poco más de un año, a pesar de que ofreció rendimiento ... desde que comenzó el curso. Ha crecido con el paso de las jornadas, puliendo aquellos aspectos que, como en Bilbao, aún descubrían su juventud, algo que ha causado satisfacción en Los Cármenes y ha atraído la atención de otros clubes. Este lunes tenía una prueba nivel, ante un Real Madrid que ya podía dar buena cuenta de sus cualidades ofensivas y, en concreto, ante uno de los delanteros más en forma de la Liga: Karim Benzema. El francés, que exterioriza tirria al rojiblanco horizontal, venció en el tanteo, pero no en su cruce particular con el zaguero nazarí, el más seguro de los de Diego Martínez atrás y la primera piedra de su ataque en el honorable segundo acto local.

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El de Cascais entró en el choque pronto, lanzado por su actuación en San Sebastián. Curiosamente, en dicho compromiso obtuvo los mismos registros que el 'nueve' madridista: un gol y una asistencia para que su equipo sumase tres puntos. En menos de un minuto ganó sus dos primeras disputas, anticipándose a Modric y al propio Benzema, aunque esta no sería la tónica del resto del partido. Lidiaba bien con la movilidad de los de Zidane, ayer ataviados de un verde suave, pero no pudo corregir los dos errores que propiciaron las muescas visitantes.

En la primera, recuperaba la posición tras perseguir a Modric; en la segunda, cerró filas junto a Víctor Díaz mientras tres hombres atosigaban a Isco y encimó a Benzema cuando ya era demasiado tarde, después de que el galo se deshiciera con facilidad del sevillano. Para entonces, ya había reprendido en más de una ocasión a sus compañeros, tomando el bastión de mando de la zaga rojiblanca. No erró en sus duelos individuales ni perdió la vigilancia de su par en ningún momento, y cerca estuvo de batir a Courtois al cabecear un balón colgado por Víctor Díaz.

En el segundo acto, tras el cambio de sistema, fue el encargado de imprimir profundidad a la elaboración rojiblanca. Superó líneas continuamente con pases filtrados a Carlos Fernández, Fede Vico y Montoro, e, incluso, se animó a conducir en un par de acciones peligrosas. En una, incluso, forzó la falta de Casemiro en la esquina del área tras regatear, pero su esfuerzo fue estéril.

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