Guille Abascal y Fran Escribá, con sus pizarras en el Granada. R. I.
Guille Abascal y Fran Escribá

Dos entrenadores con estilos antagónicos en el Granada

El equipo de Deportes de IDEAL puntúa a los técnicos del Granada en base al rendimiento del equipo bajo su mando durante la primera vuelta del campeonato

Lunes, 30 de diciembre 2024, 23:40

Finalizada la primera vuelta en Segunda división, el equipo de Deportes de IDEAL puntúa a los técnicos del Granada en base al rendimiento del equipo ... bajo su mando. Dos entrenadores con estilos antagónicos y con un balance de resultadios muy dispar.

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Nota: 4 Una victoria, tres empates y dos derrotas en seis partidos

Guille Abascal

La apuesta por Guille Abascal salió rana. Pese a su juventud y sus peripecias en ligas exóticas, su inexperiencia en el fútbol profesional patrio le pasó factura. Tanto en el terreno de juego, como en la sala de prensa. El sevillano se rebeló desafiante contra la afición o los medios de comunicación, fruto de un clima tóxico completamente irrespirable a raíz de los malos resultados que no supo gestionar.

El rol del Granada como candidato obligado al ascenso no jugó a favor de Abascal, al que le vino grande el cargo. Tras el nefasto curso anterior con pérdida de categoría incluida, el granadinismo ansiaba un chute instantáneo que levantara el ánimo de sus parroquianos. Un equipo poderoso y ganador en Segunda, pero lo que se halló con el arranque de la competición fue más de lo mismo.

Los constantes errores en defensa, potenciados por una acuciante sequía entre los goleadores rojiblancos, y la ausencia de un plan de partido claro favorecieron el escepticismo hacia los jugadores, el banquillo e incluso el proyecto. Los Cármenes dictó sentencia contra sus culpables y se convirtió en territorio comanche para los propios locales en cada partido, con la clausura hasta nuevo aviso de la grada de animación para más inri. Para olvidar.

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Nota: 7 Ocho triunfos –más dos pases en Copa–, tres tablas y cuatro tropiezos en 17 encuentros

Fran Escribá

El cambio de entrenador le sentó bien al Granada. Tanto a nivel de guarismos, como de sensaciones. Fran Escribá trajo consigo un aire nuevo al club. Su discurso sereno y sosegado sirvió para apaciguar la crispación en el entorno, que halló en el valenciano a un entrenador con las ideas claras y extraconfiado en su nueva plantilla. Una actitud que transmitió tranquilidad desde el minuto uno, el tan ansiado deseo de la propiedad.

Desde lo táctico, Escribá asentó al equipo. Fijó el 4-4-2 como dibujo predilecto, aunque no dudó en variar su formación y alinear una zaga de tres con dos carrileros cuando el choque lo requirió. Unas variantes que enriquecieron a sus jugadores, más cómodos sobre el terreno de juego. También dio oportunidades a jóvenes del Recreativo como Oscar Naasei o Sergio Rodelas, este último fundamental en las últimas jornadas hasta su lesión. Además, también llegaron las victorias.

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Con Escribá tuvo lugar el mejor juego de los rojiblancos en lo que va de temporada. Con aciertos y errores, el míster encontró la manera de aportar estabilidad en mitad de la convulsión. Quizá lo más importante de cara a pelear por el ascenso.

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