Domingos persigue sin suerte volver a ser el central que fue
El luso está viviendo una temporada muy difícil, agravada por la compleja lesión que sufrió en Vigo y tras la que no ha podido convencer en ninguna de sus reapariciones
Miércoles, 2 de marzo 2022, 00:35
Domingos Duarte está lejos del central que demostró ser en sus dos primeras campañas como rojiblanco. Es una lástima, pero también una evidencia agudizada por ... una desastrosa actuación frente al Cádiz. El portugués ya comenzó con un fallo impropio de su nivel con una cesión carente de tensión que dejó a Negredo solo ante Maximiano. El portero, compatriota del central al que aún debía una por aquel choque en Vigo, logró que el Cádiz no penalizara el error. Poco pudo hacer nadie cuando 20 minutos después Duarte acababa expulsado tras un incomprensible pase atrás de Germán.
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Aunque el envío del gaditano fue un regalo envenenado, lo cierto es que la acción destapó el proceso de recuperación de Duarte, al que pilló mal perfilado. Negredo no tuvo problema para robar la cartera a los dos centrales y sacar una cabeza al portugués, que se lanzó con tanto coraje como torpeza a trabar como fuese al delantero amarillo. La expulsión no despertó debate alguno.
Domingos Duarte se marchaba cabizbajo, sabiendo que aquellos treinta minutos sobre el campo seguían lejísimos del jefe de la zaga que ha sido en los dos cursos posteriores, solvente cada domingo, dominante ante los mejores equipos de LaLiga, pero también en la Europa League. Ya la pasada temporada acabó renqueante de varias lesiones, sobre todo una de rodilla que dinamitó sus opciones de ir a la Eurocopa con Portugal.
Aunque la temporada en curso se ha visto muy condicionada por una lesión nada sencilla de dejar atrás, es de justicia destacar que Duarte ya dejó alguna actuación gris antes de aquel golpetazo en Balaídos. Por ejemplo, la tarde en Vallecas cuando salió en la foto de todos los goles, falto de esa intensidad tan característica en él. El equipo, en conjunto, naufragó aquel día.
Luego fue recuperando, con altibajos, un nivel más cercano al coloso portugués que tanto dio en las dos áreas a los rojiblancos. Sin embargo, aquel injusto penalti ante el Celta y posterior golpe con Maximiano le obligaron a perderse meses por una avería más nerviosa que muscular. «Una lesión más propia de un accidente de tráfico o del rugby», se llegó a decir.
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Sus reapariciones, como aquel segundo tiempo en Getafe, han demostrado que la actitud de Duarte sigue ahí, pero también lo alargada de la sombra de su mejor versión. Seguro que es el primero en querer recuperarla para revertir la mala dinámica en Liga y volver a llamar a las puertas de una selección portuguesa que ahora parece lejana.
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