Diego Martínez, para la posteridad
El entrenador ya ocupa un lugar de honor en la llamada Puerta de los Entrenadores del estadio Nuevo Los Cármenes
Diego Martínez ya ocupa un lugar para la posteridad. La imagen del técnico del Granada ya luce en la llamada Puerta de Entrenadores del ... estadio Nuevo Los Cármenes. En un acto cargado de sentimiento, el gallego descubrió la lona que cubría su ubicación junto a otros preparadores fundamentales en la historia de la entidad, justo al lado de Joseíto, el que había sido considerado hasta ahora como el mejor en los 90 años de historia del club, una condición que queda discutida por el homenajeado. Al lado de su instantánea, la novedad de mostrar un listado completo con todos los que han dirigido el vestuario rojiblanco desde su fundación.
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La directiva, el cuerpo técnico y tres de sus capitanes (Germán, Montoro y Víctor Díaz, todos partícipes del ascenso) acompañaron a Martínez durante el ceremonial, en el que el vigués mostró su agradecimiento por el gesto, destacando que su figura representa a un equipo y unos trabajadores del club que han logrado alcanzar cotas insospechadas. Estuvo arropado por algunos representantes de la afición.
Diego Martínez improvisó el discurso, afirmando que las cosas más importantes de la vida «se hacen desde el corazón». «Así firmé aquí; luego vino la razón. Argumentos que tienen que ver con lo consciente, pero el corazón es lo que marca la diferencia», insistió, para recordar cómo llegó a Granada para estudiar una carrera hace dos décadas. «20 años después, tengo que ver todas las cosas bonitas que me han pasado en lo profesional y en lo personal», en referencia a su pareja, granadina, que le acompañó en el acto junto a su hija, «quienes me permiten vivir esta pasión, me aguantan siempre y alimentan esta felicidad por poder dedicarme a lo que más me gusta», les brindó.
«Todos los que pertenecemos a este club sabemos lo difícil que ha sido esto. Las adversidades por las que hemos tenido que pasar. Desde remar muy fuerte en la misma dirección hemos conseguido cosas impensables, que no imposibles», subrayó. Se dirigió a la afición con agradecimiento, «por vuestro cariño, sobre todo en los momentos malos». «Es un honor representar a este club», añadió.
«Eso de ahí», en referencia al mural, «no es solo mi cara; es la representación de un grupo humano extraordinario. Equipo técnico, que son amigos», comentó mientras los enumeró. «Un entrenador no se entiende sin su equipo técnico ni sin sus jugadores. La frase no es mía, sino del maestro Juan Antón, profesor de balonmano: 'Por estos maravillosos jugadores merece la pena entrenar'. Estamos aquí por ellos. Nosotros ayudamos a que otros hagan. Los protagonistas son los futbolistas», abundó. «Los que están presentes», expresó en referencia a Germán Sánchez, Víctor Díaz y Ángel Montoro, «están curtidos en mil batallas, vienen de abajo y nos han llevado a la gloria por todas las emociones positivas que nos hacen vivir en el día a día», resaltó.
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«Cuando uno pisa el verde, huele la hierba y siente esta identificación con sus compañeros de trinchera, con esa seguridad , confianza y complicidad, es algo fundamental», agregó, incluyendo a todos los componentes de la entidad en los éxitos conseguidos. «Nuestros valores tienen que ver con la superación, pero en este club me cuesta pensar en lo negativo. Hasta lo malo forja nuestro carácter y nos hace mejores», manifestó entre aplausos, vitoreado por los seguidores que vieron el acto tras la valla. «Solo hay algo que no me gusta de este homenaje; que lo mejor está por llegar», cerró.
El acto lo arrancó el director general del club, Antonio Fernández Monterrubio, que deseó que las circunstancias de esta celebración hubieran sido otras, sin el condicionante de la pandemia. «Es un día importante, trascendental para el granadinismo, que perdurará para el recuerdo. Rendimos homenaje al mejor entrenador de la historia de nuestro club, Diego Martínez Penas. Reconocimiento muy merecido y sudado. Por eso tienes que estar en nuestro estadio», alargó, para repasar todos los logros establecidos. «Es una barbaridad, pero además de resultados, hay más: esfuerzo, trabajo, dedicación, exigencia, perseverancia… De un entrenador muy cualificado, metódico, analítico, que cuida los pequeños detalles (que son los que marcan la diferencia) y fomenta la cohesión grupal. Que hace crecer individualmente los jugadores», enfatizó.
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«Valoro mucho lo que hay tras los resultados. Diego nos ha ayudado a crecer, a construir un proyecto desde los valores, a hacer que todos los que llegan se sientan orgullosos de estar aquí, imprimir el nivel de exigencia imprescindible para mejorar. Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que estamos orgullosos de tenerte a nuestro lado y esperemos que estés muchos años más aquí», se dirigió a él, con muestras de claro agradecimiento. En los mismos términos, el responsable de relaciones institucionales, Pepe Macanás, se mostró profundamente cariñoso también. «Haces cada día más grande este escudo», le recordó emocionado.
En adelante, aparecerá en la puerta 5 junto a un quinteto de técnicos fundamentales: Joseíto, el líder del llamado 'Matagigantes' de los 70 que logró, entre otras cosas, dos sextos puestos en Liga; Victoriano Santos, artífice de la primera llegada a la élite; Jeno Kalmar, míster en aquella final de Copa de 1959; Fabri González, que encadenó dos saltos de nivel consecutivos, desde Segunda B a la máxima categoría; y Lucas Alcaraz, el único preparador local que ha dirigido a los nazaríes en Primera. Diego Martínez pasa a ser el sexto en ser referenciado con su cara, con el aval de un ascenso, una semifinal de Copa del Rey y el acceso a la Europa League a su espalda, envuelto en su tercera temporada en la entidad, con el equipo en sexto posición en estos momentos.
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