Complicidad para crecer más juntos

«Más allá de la relación profesional con la directiva, pienso que la confianza se ha reforzado en la batalla, solucionando problemas. Doy las gracias por su apoyo, por creer en esto. Doy las gracias a mi equipo técnico. Es difícil explicar lo mucho que contribuyen, sacando la mejor versión del equipo. Me ha hecho ilusión llegar a la ciudad deportiva y ver el cariño que nos han brindado los trabajadores del club también. Hemos asentado unos valores, una manera de sentir, y todos son partícipes, en cada situación», enfatizó Martínez.

«Queríamos que la afición se sintiera identificada», continuó. «Tenemos una plantilla de personas que hacen que podamos lograr objetivos y que todo esto cobre sentido. Estoy feliz y espero seguir creciendo sintiéndome así, con más deseo que nunca de seguir», añadió.

El consejero Pepe Macanás, el director general Antonio Fernández Monterrubio y el gerente deportivo Fran Sánchez arroparon al preparador vigués, que contó con la presencia de sus más estrechos ayudantes, bajo la mirada de su representante, Juan Maraver, quien ha llevado a buen puerto las negociaciones. «Es fácil cuando dos quieren estar juntos», terció al respecto Monterrubio. Macanás abrió el acto con sentidos gestos de cariño, expresando el orgullo de que Martínez continúe, para que luego recogiera el guante Monterrubio, rotundo sobre lo que calificó como un «hito». «En el club tenemos claro el camino y el objetivo al que nos dirigimos. Por ello, necesitamos a Diego y así lo escenificamos», ratificó, aunque evitó relacionar este anuncio con la racha actual de derrotas, sino con la tranquilidad que depara la semana del parón de selecciones para cuestiones así. «Puede parecer fácil renovar a un entrenador tras un ascenso y con el que hemos conseguido 20 puntos ya en Primera a pesar de los límites que tenemos. Pero detrás de esta decisión hay más cosas: tesón, capacidad, compromiso, complicidad y, sobre todo, deseo de seguir creciendo juntos. Puede parecer sencillo pero no queremos justificarlo sólo con resultados».

El director general defendió la decisión que la entidad tomó en su día con el gallego. «Buscábamos un entrenador con capacidad de trabajo, exigencia, cuidado de detalles. Con él unimos todas las piezas. No nos equivocamos. Hay una máxima en gestión que la dicta el sentido común: cuando algo funciona, no se toca. Somos un equipo, una familia, y seguimos unidos», confirmando que todo el cuerpo técnico de Martínez también continúa.

«Quiero quedarme con el proceso, la forma», abundó Fran Sánchez tras incidir en que «ni los más optimistas» esperaban la evolución experimentada. «Tengo la fortuna de ver el día a día. Es un grupo de trabajo fantástico. Diego es exigente; con los jugadores y con él mismo. Eso se contagia al resto. Es metódico, con buenos conceptos y logra cohesionar al plantel. Además, es importante el valor que le ha dado a los futbolistas de la estructura. Ahora algunos tienen una confianza que no se veía. Le ha dado oportunidades a gente de la casa, da facilidades a los jóvenes», repasó.

De todos los instantes alegres que ha vivido, Diego Martínez se queda sin duda con Palma de Mallorca, el lugar donde se consumó el salto a Primera. «Cuando vayamos a jugar allí, aquellos momentos estarán en nuestra cabeza», reconoció. «Sentirte feliz como entrenador es difícil. Nosotros –incluyendo a su cuerpo técnico– lo estamos aquí y es lo más importante. Creemos en lo que estamos haciendo, lo que queremos como equipo», recalcó.

Los lazos familiares con Granada, por su familia política, aumentan las razones para seguir. Sobre lo que ha cambiado el Granada en estos años, club que él conoció en la distancia cuando ejercía en la provincia, se limitó a hablar de lo que ha vivido dentro. «Hay tres pilares: estabilidad, mirada compartida y valores deportivos para hacer un equipo competitivo. Todo va de la mano. Además, hay otro aspecto. En la adversidad vemos oportunidades. Lo siento desde el primer día y el vestuario da ejemplo de ello, también los dirigentes».

Dijo desconocer otras ofertas, «porque eso lo sabe mi agente», y habló de su reto en adelante. «Soy muy exigente, un eterno insatisfecho», apuntó antes de repasar el crecimiento observado en los futbolistas que ha dirigido. «Que Domingos sea internacional, Azeez vuelva con su selección, Neva promocione...», enumeró, mencionando también la evolución de otros que no están, como San Emeterio y Pozo. Ese paso adelante también lo ve en su propio cuerpo técnico: «Se puede ir al desierto con ellos», alabó, evocando los tiempos en los que algunos de sus auxiliares eran futbolistas bajo su batuta en el Arenas de Armilla. «Fuimos felices y, en esencia, éramos los mismos. Siempre me he ocupado de estar preparado ante los diferentes retos que me han llegado para dar el máximo. Ya lo tenía en la cabeza entonces».

Se quitó mérito acerca de su liderazgo. «Es el propio equipo. Caminamos juntos dando lo mejor de nosotros mismos. Valoramos esos pequeños detalles de sentimiento de la afición en tantos sitios, como en Córdoba, Albacete, el Bernabéu... Su identificación». Del futuro, no va más allá; sólo presente. «Cuanto mejor sea lo de ahora, mejores frutos recogeremos». Espera mirar, algún día, fotos como la de ayer, todos exultantes, y recordar un bello momento, que espera que no sea el último.