Dani Benítez controla un balón para chutar con la izquierda. RAMÓN L. PÉREZ
Exrojiblanco

Dani Benítez vuelve entre peñistas

Ídolo ·

El exfutbolista del Granada, que sigue en activo en Andorra, regresa a la ciudad por Navidad y juega con los amigos que dejó en Ogíjares y Maracena

Viernes, 31 de diciembre 2021, 00:41

Rueda el balón por el campo de fútbol del polideportivo de Loma Linda, en Ogíjares, donde se miden en un partido amistoso el equipo sénior ... del Atlético Ogíjares 89 y un conjunto de veteranos del club granadino. Los jóvenes aprietan hasta que, en un momento dado, un integrante del equipo de los mayores que hasta entonces estaba pasando desapercibido pide la pelota y filtra un pase al espacio magnífico que deja a uno de sus compañeros solo ante el portero. «¡Qué bueno eres, Dani!», le vitorean. Luce el dorsal número '1' y no es otro que Dani Benítez, mítico exjugador del Granada y artífice de los dos ascensos en 2009 y 2010 hasta la vuelta del equipo rojiblanco a Primera división 35 años después. Entre 2009 y 2014 jugó 128 partidos, marcó veinte goles y repartió ocho asistencias. Llegó a lucir el brazalete de capitán y formó una dupla inolvidable con Guilherme Siqueira.

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Quien tantas tardes de gloria dio a Los Cármenes por la banda izquierda del Granada sigue jugando a fútbol en activo, ahora como profesional de la Unió Esportiva Sant Julià en la Primera división de Andorra a sus 34 años. Han pasado más de siete desde que cerrase su etapa como rojiblanco de la peor forma posible: con un positivo por cocaína en un control antidopaje aleatorio tras un partido ante el Betis en Los Cármenes, en el que fue expulsado a los quince minutos de saltar al terreno de juego. Pese a todo, Granada sigue siendo una ciudad que ama y en la que se siente amado, con todos sus éxitos y desgracias a cuestas, como le demuestran quienes le reconocen por la calle e incluso los integrantes del Atlético Ogíjares 89, que le agasajaron antes del amistoso con un cuadro de una fotografía impresa de su etapa en el Granada y una equipación con camiseta y chándal del modesto club local.

Dani Benítez es agasajado con un cuadro de una fotografía suya. RAMÓN L. PÉREZ

Dani Benítez aprovecha sus vacaciones por Navidad, más prolongadas de lo habitual en el fútbol profesional de Andorra a causa de las nevadas, para visitar la ciudad en la que pretende instalarse en el futuro y en la que mantiene una hija y muchísimas amistades. «Es el sitio en el que quiero estar el día de mañana y qué mejor que pasar la Navidad aquí», cuenta el zurdo a IDEAL, con la otra mitad de su corazón en su Palma de Mallorca natal. «Muchos de mis amigos juegan en peñas y, de cachondeo, me preguntaron si quería jugar con ellos. Pedí permiso a mi club y por mí encantado y agradecido, porque me viene genial con la inactividad. Nunca será lo mismo jugar a la pelota en un campo de fútbol que salir a correr o entrenar en el gimnasio», esgrime.

Juega los lunes y los miércoles en Loma Linda y los jueves lo hace en Maracena, también entre amigos. «No me veo sin tocar balón un par de veces a la semana, da igual a qué nivel. Siempre existe la chispilla que da la competición y que no despierta ninguna otra cosa. Quien me conoce sabe que soy una persona normal y corriente y que no trato de forma diferente a nadie, más allá del chorreo de fotos», bromea Benítez. Da fe Sergio Muñoz, presidente de los veteranos del Atlético Ogíjares 89: «Es como si fuera uno más de nosotros, como si llevara toda la vida. Es muy buena persona, aunque no lo crean; un buen amigo y compañero de todos, muy simple y llano». «Para nosotros es un escándalo que un fuera de serie como él quiera echar un ratito con nosotros», admite.

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Dani Benítez felicita a sus compañeros por un día entre los veteranos del Atlético Ogíjares 89. RAMÓN L. PÉREZ

Dani Benítez es quien más lo agradece, todo corazón. «No tengo palabras para expresar lo que siento cuando la gente me para por la calle y me saluda. Me sorprende mucho el cariño que me dan todavía, desde personas más mayores a niños a los que les han hablado de mí. Nos paramos, nos echamos unas fotos y unas risas y hablamos de fútbol», aprecia. «Es muy bonito recordar aquellas épocas tan buenas. Creé un arraigo muy fuerte aquí y mi pensamiento es volver para quedarme el día de mañana y disfrutar de todo esto», señala. «En Granada he vivido muchas cosas, buenas y malas, pero me quedo con lo bueno. Quiero echar más raíces de las que ya tengo y montar un negocio si puedo», comparte.

Ilusión renovada

El exjugador del Granada pensaba ya en colgar las botas en el verano de 2019, cuando firmó por el Poblense mallorquín de Tercera división. «Tenía la idea de retirarme, pero ascendimos a Segunda B treinta años después y recuperé la ilusión. Hoy en día el fútbol exige mucho física y mentalmente, y yo me encontraba bien en ambos aspectos. Quería seguir disfrutando de esto y me surgió una posibilidad en Andorra, con un mes a prueba para jugar la fase previa de la Europa League. No me lo pensé y, aunque no pasamos, el club se quedó contento y me ofreció seguir», cuenta Dani Benítez, quien sigue enrolado en el Sant Julià andorrano. «Me gusta conocer lugares y culturas nuevas y me llama la posibilidad de jugar en Europa. Tengo que seguir disfrutando porque sé que tarde o temprano se acabará; aprovecho para valorarlo todos los días», comenta.

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Dani Benítez filtra un balón al hueco. RAMÓN L. PÉREZ

Ahora es un jugador diferente. «He madurado en muchísimas facetas del juego. Llevo años jugando por dentro, de segunda punta, ya que como es normal no tengo la velocidad tan explosiva de antes. Aguanto mucho más el balón y hago un juego más técnico y menos agresivo que antes, cuando encaraba y buscaba la espalda de la defensa siempre. Tiro de experiencia y busco los huecos», expresa Dani Benítez. «Gracias a Dios mantengo la calidad de siempre en la zurda, porque la derecha la tengo de palo», bromea. «Hice muchos esfuerzos por volver a la rueda del fútbol, porque no fue fácil. Después de lo que pasó, se me cerraron todas las puertas. No muchas; todas», asevera , con pasos posteriores por el Alcorcón en Segunda sin llegar a debutar, el Racing de Ferrol en Segunda B y el Limassol de Chipre, donde jugó «dos años muy buenos», incluso en Europa League.

«Fui un gilipollas», resume Dani Benítez, todo sinceridad, al referirse sin mencionarlo a su positivo por cocaína. «A veces vivimos en burbujas y no nos damos cuenta de las cosas. Fue mi mayor error en la vida y quien lo pagó fui yo. Me dolió mucho porque no me habría gustado irme del Granada así. Sé que me equivoqué, y lo reconocí, pero he demostrado que sigo siendo un jugador de fútbol y no tengo ningún remordimiento de conciencia», expone. «Cada vez que vuelvo intento insistirle a los 'chaveas' para que no cometan mis errores y sean conscientes de lo que tienen entre manos, porque yo no lo fui», admite, consciente de que todos a su alrededor conocen su historia.

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Dani Benítez pone un centro por banda, como en sus mejores tiempos en Los Cármenes. RAMÓN L. PÉREZ

A día de hoy, Dani Benítez no dedica ni un solo segundo en pensar lo que pudo haber sido su carrera sin ese error. «Podría haber ido al Manchester United o bien a un equipo desconocido; no sé lo que hubiera pasado. Sí estoy seguro de que habría seguido en Primera división y de que no me habría ido mal, pero con todo lo que pasó no me puedo quejar. Me volví a abrir las puertas y estoy contento», sostiene el mito rojiblanco.

Sus mejores años

Los que vivió en Granada fueron sus mejores años como futbolista. «Podría citar muchos momentos, pero me quedo con los dos ascensos, sobre todo el de Elche. Se me pone la piel de gallina cuando lo recuerdo, como cuando nacieron mis hijos», rememora, y se pausa. «Fue increíble, inolvidable. Las miradas con los compañeros, con el cuerpo técnico, con los aficionados... la celebración luego...», se retrotrae.

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Dani Benítez sonríe ante el esfuerzo de un compañero. RAMÓN L. PÉREZ

Todavía aprovecha sus visitas a Granada para reunirse con viejos amigos que siguen en la ciudad, como Manolo Lucena o Diego Mainz, pero también con Allan Nyom, que al igual que él regresa cada vez que puede. «Tengo relación con bastantes excompañeros», asegura. También un cariño especial por Siqueira. «Nos entendíamos a la perfección. Nunca tuve un lateral izquierdo como él, y él también ha dicho que nunca tuvo una pareja de banda como yo, dentro y fuera del campo. No se volvió a repetir. Creo que todavía daríamos mucha guerra, aunque ahora se ha puesto fuerte y no sé si correría tanto», comenta divertido. Todavía le dibujan una sonrisa de payaso el sonido de la pelota y el cariño de la gente, como entonces. También sus recuerdos.

Dani Benítez recibe una camiseta del equipo sénior del Atlético Ogíjares 89. RAMÓN L. PÉREZ

«Ojalá hubiese tenido a Diego Martínez como entrenador»

Un defensa entra fuerte a Dani Benítez. RAMÓN L. PÉREZ

Dani Benítez vive como un aficionado más los partidos del Granada desde que dejó el equipo. «Intento no perderme ninguno, y si coinciden con los míos, los veo luego repetidos. Se pasa el doble de mal que como jugador», cuenta. «Han cambiado muchas cosas desde mi época, pero estoy al día de todo por los amigos que mantengo. Se han vivido unos años espectaculares después de nuestra etapa. No conozco a Diego Martínez, pero me han hablado muy bien de él; ojalá le hubiese tenido como entrenador», suspira. «Es muy difícil lo que hizo porque consiguió que no hubiese diferencias entre quienes jugaban más y quienes lo hacían menos. Todos eran currantes, pese a lo egoístas que somos los futbolistas. Fue la misma base de nuestros ascensos: ayudar siempre al compañero», enfatiza.

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