Cuatro goles en contra por errores propios «casuales» para Abascal
Análisis ·
El entrenador concede el margen de mejora de los suyos en plena pretemporada pero recalca que donde quiere jugar su equipo es «en campo contrario»Cuatro goles en contra lleva el Granada en lo que va de pretemporada y todos por errores propios, algo no tan raro en ese deporte ... que es el fútbol, que en ocasiones castiga el fallo más de lo que premia el acierto; y más aún, en los partidos de verano. El equipo que ahora dirige Guille Abascal sale por ahora a más de un disgusto de media por cada encuentro que disputa tratando de salir jugando desde atrás, aunque el entrenador lo desvincule de su propuesta al referirse a estos accidentes como «casuales», pese a conceder el margen de mejora de sus futbolistas «ajustando sinergia y coordinación», al no pretender que los suyos «jueguen en el área propio sino en campo contrario».
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Fue precisamente Marc Martínez, desafortunado protagonista de la última pifia que costó un gol contra la UD Las Palmas este pasado jueves en Marbella, quien dirigía con éxito una secuencia inicial que también acabó en el tanto del Orlando Pirates en el primer amistoso de los rojiblancos. El portero se apoyó en Oscar ante la presión de dos delanteros, con los apoyos próximos de Ignasi Miquel y Gonzalo Villar también, pero el joven central emprendió una conducción que terminó topándose con un mediocentro rival que terminó derribándole para que sus dos compañeros más adelantados se beneficiaran.
Frente al Almería fueron dos los errores atrás, ambos en la primera media hora de partido y con Luca Zidane en esa ocasión de por medio. No se había cumplido aún ni el minuto de juego cuando, en una salida relativamente cómoda al tratarse de los compases iniciales, Pablo Insua mandó al portero un balón que fue dando botes por el estado del césped del Escribano Castilla haciendo que el francés dudase, algo que aprovechó el exrojiblanco Luis Suárez para echarse encima e interceptar un despeje ya demasiado tardío. Poco después, un ataque del Almería que acabó en botas de Pablo Sáenz dentro del área terminó con Luca quitándose la pelota de en medio tras su error previo, pero sin darle altura a un esférico que impactó por pura mala suerte en el cuerpo de Miguel Rubio habilitando al rechace al propio Luis Suárez, que asistió a Leo Baptistao.
Más clamoroso aún fue el error de Marc Martínez ante Las Palmas. Kamil Józwiak jugó con él desde el centro del campo prácticamente, con tiempo suficiente como para medir la trayectoria del balón, pero la presión del delantero Iván Cédric incitó al guardameta a dejar que la pelota corriera hacia su propia portería mientras pensaba qué hacer para luego lanzarse sobre la misma línea pero ya con el punta encima de su desvío desesperado. «Ni me había pasado nunca antes a mí ni creo que le hubiera pasado nunca antes a él», refirió Guille Abascal tras el partido.
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Propuesta
Estos goles en contra no tienen «nada que ver» a juicio de Guille Abascal con los riesgos que quiere que su equipo asuma, pero en parte sí que lo tienen. Al entrenador sevillano le gusta que sus futbolistas atraigan la presión para generar espacios en el centro del campo y más adelante con tal de atacar a los rivales desprotegidos. Una voluntad que requiere, efectivamente, que sus ejecutores posean la calidad y la confianza suficiente como para soportar las acometidas de los contrarios sin que les tiemble el pulso, conociendo a la perfección los automatismos de cada compañero. Un proceso que requiere tiempo y partidos, y que por supuesto resulta más sencillo de adquirir en pretemporada con toda la concentración en Montecastillo por delante y hasta tres amistosos más la semana que viene para ponerlo en práctica antes de que empiece la competición, ya con puntos en juego.
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