El Granada, un mero 'sparring' en Montilivi
El equipo no fue rival para un Girona avasallador, en la cita que sella un ciclo funesto para los nazaríes
El Granada fue un mero 'sparring' en Montilivi, zarandeado por un Girona avasallador, con toda suerte de golpes para noquear y la confianza por las ... nubes, sin piedad. Por fin se acabó esta tortura, pensará todo hincha rojiblanco, tras la cumbre del ridículo. Un descenso encaminado desde meses atrás que se confirmó hace semanas y que ha tenido una extensión funesta desde aquella derrota en Sevilla en la que brotaron los sarpullidos. El repunte que hubo con José Ramón Sandoval, que se marcha igualando puntuación con Paco López y Alexander Medina, quedó contaminado por la nube tóxica de las recientes derrotas. Ante el equipo revelación no se podía esperar otra cosa que una goleada obscena. Un Girona elevado hasta la Liga de Campeones, en una mezcla de buen hacer y el 'cariño' del grupo City. La tristeza enorme la encarnó un joven aficionado nazarí con gorro y gafas que mostró la retransmisión, cabizbajo. Hundido. Como todos.
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Las notas de los jugadores del Granada ante el Girona
Ahora sí, se empieza a escribir una nueva página en blanco, pero primero tocará rendir cuentas. Parece que la propiedad no tocará la cúpula de mando, más allá de aceptar a un nuevo entrenador, el anuncio más cercano, pero todos tendrán que asumir la penitencia de las muchas pifias cometidas, la respuesta a preguntas comprometidas. En la empresa china que mueve los hilos dictaminarán lo que estimen oportuno. Tienen el control casi absoluto. Lo claro es que nadie gana nada cayendo de nuevo a Segunda. La imagen en Girona fue el culmen del patetismo. Si el Almería gana este sábado en casa al Cádiz, el Granada será colista.
Girona
Gazzaniga; Eric García, David López (Yan Couto, m. 50), Blind, Miguel Gutiérrez (Arnau, m. 65); Aleix García, Iván Martín, Yangel Herrera (Pablo Torre, m. 50); Tsygankov (Stuani, m. 56), Portu (Savinho, m. 50) y Dovbyk.
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Granada
Marc Martínez; Ricard Sánchez (Pablo Sáenz, m. 72), Miguel Rubio, Raúl Torrente (Bruno Méndez, m. 72), Maouassa (Brau, m. 60); Gumbau, Sergio Ruiz, Gonzalo Villar (Piatkowski, m. 46); Pellistri, Rodelas (José Callejón, m. 46) y Boyé.
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GOLES: 1-0, m. 30: Eric García; 2-0, m. 33: Tsygankov; 3-0, m. 44: Dovbik, de penalti; 4-0, m. 54: Tsygankov; 5-0, m. 75: Dovbyk; 6-0, m. 78: Stuani; 7-0, m. 89: Dobvyk, de penalti.
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ÁRBITRO: Muñiz Ruiz (comité gallego). Expulsó por doble amarilla a Pellistri (m. 62). Amonestó a los locales David López (m. 32), Portu (m. 45+3) y Eric García (m. 82); y a los visitantes Sergio Ruiz (m. 35) y Callejón (m. 62).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 38 de LaLiga EA Sports, disputado en Montilivi ante 12.813 espectadores.
Sergio Ruiz estrenó capitanía, pero el cántabro estuvo fatal, como todos. Erró en la marca en el primer gol de los catalanes y se enredó con Rubio en la acción con la que llegó el segundo tanto. La afición le indulta entre tanto suspenso y pretendientes por él llegarán, aunque no por actuaciones así. Ahora, estuvo perfecto en sus críticas declaraciones.
El Girona juega de memoria, con un elevado estado de confianza. Mueve el balón de manera automatizada, con regulación de velocidad, y sus jugadores intercambian posiciones sin alterarse. Un desorden calculado al atacar, un hostigamiento vietnamita para la recuperación del esférico, que no le quema en los pies ni al portero. Con este patrón, los goles iban a llegar por decantación.
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Maoaussa, novedad en el lateral izquierdo, ofreció un buen envío a Gumbau cuando todo aún se engrasaba que el pivote lanzó mal a la carrera. Quedó en un hecho aislado, aunque el francés también sacó el cañón en un envío elevado de Villar. El Girona se comportó de manera dictatorial, sin dar respiro a los visitantes. Yangel Herrera, un 'ex', probó a Marc con un chut violento. También probó Aleix García en otro rechazo, mediocentros con lanzallamas en las manos. Portu revoloteaba por el lado de Ricard, al que siempre le costó pillar matrículas.
El encuentro se inclinaba hacia la portería rojiblanca y parecía todo una cuestión de tiempo. El primer rasguño nació en un córner, con saque en corto y centro de Tsygankov para el remate de Eric García, que en la provincia limítrofe a Barcelona ha encontrado la redención.
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Una vez quitado el tapón, todo se puso en pista para el Girona. Llegó con una circulación robótica hasta el área y solucionó Tsygankov, el otro ucraniano de la plantilla. Cogió una espada láser morada, la de Mace Windu, y la agitó. Su compatriota Dovbyk no aspira a jedi, sino a pichichi. Abrió la cuenta de penalti, en un atropello de Ricard a Portu.
Rodelas dejó las mejores intentonas nazaríes, sin la fineza de Bryan pero con una entrega absoluta. Le dejó un balón a Boyé que el argentino rebañó mal. El punta bajó la bola y descargó hacia los compañeros, pero a nadie le lucía la imaginación, obtuso Pellistri y difuminado Villar, que encima se llevó un golpazo que supuso su reemplazo en el entreacto.
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También se quedó en el vestuario el joven Rodelas, ante una reestructuración profunda de Sandoval. Metió a Piatkowski para defender con tres centrales y acercó a Callejón hasta el ataque para que Boyé no ejerciera de llanero solitario. Meros parches.
Tuvo un buen aviso el sudamericano tras un pase lejano de Sergio Ruiz, pero quedó como otro espejismo. A Dovbyk le invalidaron una muesca. Míchel sacó de lo reserva a varios de sus estiletes, como el brasileño Sávio, que le dio una asistencia a Tsygankov, sin freno ante la red. El técnico local no fue misericordioso porque metió también a Stuani, sempiterno artillero.
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Sandoval hizo debutar a Miguel Ángel Brau, lateral zurdo que ha pasado un calvario por las lesiones y que vuela en el Recreativo. Otro con ganas en medio del colapso. Muñiz Ruiz bajó el listón al suelo para sacar una absurda segunda amarilla a Pellistri por un leve agarrón. Así, el árbitro terminó de debilitar a un Granada a la deriva. Se desató la tormenta. Marc sacaba manos de la nada, pero el huracán no se podía contener con sus guantes.
Pablo Sáenz también se estrenó con el primer equipo, para el anecdotario, mientras que Bruno Méndez contó con algunos minutos, pero todo el foco estaba sobre Dobvyk, voraz. Ridiculizó a Piatkowski para firmar su doblete. Stuani convirtió el marcador en tenis. El 'hat trick' de Dobvyk lo dejó en pachanga de chiquillos. En la última deshonra para uno de los peores Granada de todos los tiempos.
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