Uzuni, en una acción del partido. LOF
La crónica

El Granada, del tedio inicial al derroche de goles

Un equipo más ordenado puntúa en Burgos, en una cita que concentra todos los tantos en la segunda parte

Domingo, 29 de septiembre 2024, 18:34

Un partido ajedrecístico y tedioso en la primera parte pasó al derroche de goles en la segunda mitad, aunque solo diera un punto de premio ... para cada equipo. El Granada cedió su blindaje inicial para soltarse en el área contraria tras la pausa, pero una vez más le escamotearon dos ventajas en el marcador. El Burgos apretó, empleó el balón parado que tanto ha dañado a los rojiblancos en este arranque liguero y luego se encontró con un golazo de David González después de un despeje de puños al centro de Mariño, quien estuvo bastante atento y contribuyó a la primera diana, pero al que aún le faltan sensaciones bajo palos. No ha competido en muchos meses.

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Los nazaríes pararon a un rival que venía de sumar tres victorias consecutivas, pero les quedará el resquemor de hacer lo más complicado, marcar antes que el contrario dos veces, para irse solo con un empate, signo instaurado en las últimas cuatro jornadas. Aparecen algunos brotes verdes porque la escuadra concedió poco, pero le sigue faltando contundencia en su propia área. Cuando el Burgos se soltó la melena, hizo algo de pupa.

Burgos CF

Cantero; Pipa (Arroyo, m. 84), Córdoba, David López (Lisandro López, m. 59), Florian Miguel; Atienza (Borja Sánchez, m. 59), Appin, Morante; Alex Sancris, Dani Ojeda (David González, m. 59) y Fer Niño (Edu Espiau, m. 59).

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Granada CF

Mariño; Ricard Sánchez, Ignasi Miquel, Loïc Williams, Brau (Rubén Sánchez, m. 88); Martin Hongla, Gonzalo Villar, Tsitaishvili (Corbeanu, m. 79), Józwiak (Pablo Sáenz, m. 79); Reinier (Manu Trigueros, m. 68) y Uzuni (Weissman, m. 89).

  • GOLES: 0-1, m. 51: Tsitaishvili; 1-1, m. 72: Lisandro López; 1-2, m. 73: Manu Trigueros; 2-2, m. 77: David González.

  • ÁRBITRO: Ais Reig (comité valenciano). Amonestó a los locales Pablo Lago (segundo entrenador; m. 39), David López (m. 45), Edu Espiau (m. 88), Córdoba (m. 92) y Borja Sánchez (m. 93); y a los visitantes Gonzalo Villar (m. 18), Uzuni (m. 21), Brau (m. 21), Józwiak (m. 70), Pablo Sáenz (m. 94) Y Loïc Williams (m. 95).

  • INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 7 de LaLiga Hypermotion, disputado en estadio El Plantío ante 9.890 espectadores.

Escribá tiene trabajo por delante porque sin firmeza no habrá resurgir. La implantó en el primer tiempo, todo prudencia, pero la empalizada aún no es sólida. Repartió variaciones bastante previsibles en su alineación, bajo su preferido 4-4-2. Apuesta por Mariño bajo palos, Brau por el lesionado Neva, Józwiak por delante para empastar la izquierda y Gonzalo Villar con la distribución entraban dentro de casi todas las quinielas. Sorprendió más ver a Ignasi Miquel como central diestro, quizás porque Miguel Rubio no estaba a tope o bien por la salida de balón a la que contribuye el catalán.

El Granada priorizó el orden atrás, no conceder, evitar errores flagrantes. Recuperar confianza desde la seguridad, pero tanta preocupación amputó la ambición ofensiva en la primera parte. Cuando se marchó al frente y decayó la energía, concedió algo más y esto ha de corregirlo.

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El partido se hizo áspero, como se podía aventurar en El Plantío ante un Burgos que jamás plantea el intercambio de golpes. Manufactura de Segunda división, con dos conjuntos organizados para evitar sufrimientos, sin complicarse la vida, con poca operancia ofensiva. Los locales buscaron que Álex Sancris tuviera duelos con un Brau de estreno. En las filas nazaríes, muy poco de los más adelantados. La mejor oportunidad de la primera mitad la tuvo Gonzalo Villar en la continuación de una acción a balón parado, que mandó mansa a las manos de Cantero.

Escribá ha devuelto ortodoxia a los rojiblancos. Si el rival presiona el área en los saques de puertas, Mariño pateaba en largo. Los pivotes se escalonaron bien, siempre perfilados para el apoyo, y no hubo doblajes excesivos de los laterales, dejando que enfilaran los extremos. Uzuni quiso ofrecer rupturas, pero no le divisaron en el tramo inicial.

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Lo peor de ese acto algo soporífero fue que vieran amarilla Brau, Villar y Uzuni, lo que siempre condiciona, aunque ninguno forzó la máquina. Ais Reig es bastante tarjetero, pero no tuvo nada relevante que decidir.

El grupo recargó autoestima con la puerta a cero en el entreacto y Mariño demostró en la reanudación que los porteros también generan en ataque. Blocó el vigués una falta botada por Sancris y, sin pensarlo mucho, lanzó en largo, pillando en un renuncio a la zaga burgalesa. Uzuni estuvo atento al error y dispuso la pelota para que Tsitaishvili encarara a Cantero hasta superarlo.

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El 0-1 dio un extra de motivación a los rojiblancos. Llegó un cabeceo malo de Józwiak, tras combinada desde Brau a Tsitaishvili. Parecía que el Granada dictaba el guion y esto ya era novedoso. Bolo precipitó cuatro cambios para buscar un rumbo distinto del encuentro. El Granada seguía apretando líneas y pendiente de explorar el contragolpe, hasta que llegó la primera opción clara de los locales. Un envío pasado de Pipa que empalmó Florian Miguel y taponó milagrosamente Ricard Sánchez.

Los rojiblancos achicaban agua y necesitaban un rescatador porque el Burgos iba a más. Escribá reforzó el centro del campo con Manu Trigueros por un desaparecido Reinier. Iba a ser determinante justo después de un mazazo.

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Llegó el golpe en una acción a balón parado, mal perpetuado en el arranque de esta nueva era técnica con Escribá. David González puso una falta al segundo palo y Lisandro López llegó a la peinada, con Ricard persiguiéndole sin fruto. Pero el Granada no quedó noqueado. Trigueros se activó, se apoyó en Ricard e invadió el área para resolver con una llegada furtiva y poner de nuevo en ventaja a los suyos.

Tampoco besó la lona el Burgos. Sancris dispuso un envío desde la derecha y Mariño sacó los puños, pero por la frontal apareció David González con una volea diabólica que fulminó por la escuadra. Era un desparrame goleador que llevó a que el Granada remodelara sus alas con Corbeanu y Pablo Sáenz, para trabajar e insistir arriba. El canadiense le puso un centro musical a Uzuni que acabó en un córner, en el que también lo intentó Brau con la testa.

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La conexión Corbeanu - Uzuni parecía potable, pero el tiempo se consumía. Entró Rubén Sánchez para que Brau no forzara con su amarilla a cuestas y Weissman por Uzuni. Quedaron siete minutos de añadido, media prórroga, y se afrontó con una duda de Mariño en un balón de córner, que no penalizó por poco. La estrategia parada aún necesita muchos ajustes para competir con empaque en la categoría. El Granada sigue sin perder de forastero, pero su vulnerabilidad no será fácil de erradicar por Escribá. Unidad a unidad no da para resurgir, pero sí es el comienzo de algo si nada más se tuerce.

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