Weissman está gafado en casa

A Weissman se lo llevaron los demonios cuando a la media hora le anularon un precioso gol de cabeza en plancha a centro de Rubén Sánchez por presunto fuera de juego. Su posición era justísima, pero la Copa no ofrece la herramienta del VAR hasta la siguiente ronda. Fue prácticamente el primer balón que tocó en lo que iba de partido, desconectado del resto del equipo como referencia arriba ante los problemas de sus compañeros para trenzar jugadas. Al Granada le costó un cuarto de hora tomarle la medida a un rival de Primera división de nuevo, por muy apurado que vaya el Getafe.

Mirar al asistente fue lo primero que hizo Weissman cuando volvió a mandar otro balón al fondo de las redes nada más reanudarse la segunda parte. El israelí cazó un rechace del portero del Getafe a tiro de Pablo Sáenz desde la frontal, pero en esa ocasión apenas hizo falta repetición que lo confirmase por meterse solito en el área al desmarcarse. Aun así se cabreó y todo, como pidiendo que se lo perdonaran por ser la segunda vez ya.

Pocos balones más tocó Weissman, aunque intentara implicarse sin él y armar contragolpes cuando recibió de espaldas a campo abierto. También le dejó implorando al cielo un saque de esquina cerradísimo de Tsitaishvili que se paseó sin que lo viera venir, envuelto en su marcaje. Poco después, Ricard le robó una bola prometedora que le mandó Rubén Sánchez de nuevo y el portero se le anticipó en otra ocasión en la que parecía estar en posición ilegal.

El colmo de Weissman iba a llegar ya en los diez últimos minutos de tiempo reglamentario, al costarle otro gol una falta de Brau en ataque cuando sí parecía en su sitio. También entonces terminó dentro la pelota sin que subiera al marcador. A ninguno de sus compañeros les debió de extrañar que le gritara a Rubén Sánchez cuando mandó directamente a la grada un balón que bien pudo centrar ya en el descuento. La que le tuvo que caer a Józwiak en la prórroga justo antes del gol de Mayoral...

Como Weissman, otros que gozaron de nuevas oportunidades como titulares por la Copa fueron Manu Trigueros o Manu Lama, además de Diego Mariño. El mediocentro –que llevaba desde mitad de noviembre sin actuar de inicio– ejerció incluso de capitán, recuperando el brazalete con la bandera de España de Boyé en detrimento del de Granada que prefiere Uzuni. Ante un rival de Primera, fue entonándose con el paso de los minutos aunque le siga costando un par de segundos más de la cuenta en soltar balones que antes no parecían ni siquiera detenerse en sus botas.

También compitió con solvencia Lama mientras aguantó. El central tuvo que estar muy encima de Rubén Sánchez, amonestado a los cinco minutos y permanentemente amenazado por el rápido extremo Coba, y más allá de un pequeño jaleo en el que se metió con Álvaro Rodríguez en la primera parte hizo méritos como para tener también en Liga los minutos que otros sí tuvieron antes, aunque sea para que no termine acalambrado cada vez que puede salir. Muy concentrado, también aportó su buena salida de balón. No parece que su nombre vaya a estar en la lista de las salidas para este mercado de invierno.