Los resucitados en Burgos
La contracrónica ·
Jorge Molina renace para la causa en El Plantío con un doblete y una asistencia tras haber perdido su peso en el equipo con el nuevo año y también Jonathan Silva y Perea tienen intervenciones decisivas en los tres goles del equipoCuando más negro estaba el partido para el Granada en El Plantío, sin reacción tras el descanso, reapareció Jorge Molina desde el banquillo para resolverlo. ... Picado con su suerte en los dos últimos meses, sin el peso que había tenido en el equipo hasta el nuevo año tras haber acumulado partidos para su renovación automática, el sabio delantero que ya supera los 40 volvió a ofrecer una de sus impagables lecciones de fútbol con un doblete y una asistencia para Myrto Uzuni entre las muchas otras cosas que hizo bien.
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Resignado a ver los partidos desde el banquillo desde la derrota en casa del Levante en enero y a compartir el rol de revulsivo con Famara Diédhiou desde su fichaje, Jorge Molina se vio con una oportunidad en Burgos cuando nadie daba un palo al agua y saltó al terreno de juego con un puñado de ideas. Como le pasa también a su buen amigo Rubén Castro, con el que no pudo coincidir sobre el campo en el derbi andaluz del pasado lunes, cada uno de sus goles son históricos ya y más aún si van de dos en dos. Con 40 años y 316 días, ya solo el canario con 41 años y 238 días y Juan Costa, con 40 años y 326 días, le superan como los jugadores más longevos en conseguir un doblete en toda la historia de LaLiga, entre Primera y Segunda, de acuerdo al estadístico Fran Martínez.
Resucitó Jorge Molina y con él lo hizo su equipo cuando parecía muerto y también otros cuantos compañeros que, pese al descenso en el mercurio en Burgos con el paso de las horas, también se fueron calentando con el paso de los minutos.
Titular en el carril izquierdo en lugar de Carlos Neva, también Jonathan Silva aportó en la remontada con dos buenos envíos al espacio en los dos primeros goles del equipo. En el empate de nuevo apareció en ataque para brindarlo Sergio Ruiz, con una vida nueva desde su gol al Málaga. Incluso Alberto Perea volvió a tener minutos tras cuatro partidos inéditos y facilitó a Molina la sentencia en El Plantío tras un robo.
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Y es que si algo puede tener satisfecho a Paco López de estos tres nuevos puntos a domicilio, más allá de la preocupación por los primeros setenta minutos, es que su plantilla le sigue mostrando implicación y compromiso con la causa de este equipo, que no es otra que volver a Primera división. Por ahora, con más fe que fútbol por el bache en el que anda metido desde hace un tiempo. No es que el Granada se atascase en Burgos, es que por momentos ni existió. Y esta vez ni Pol Lozano, tan prometedor en sus primeros partidos, pudo hacer nada por darle una mera presencia en la medular, al punto de que acabó sustituido por primera vez desde que debutase un mes atrás.
Entre lesiones y sanciones ya han tenido su protagonismo los 27 futbolistas de la plantilla, incluido el portero Adri López en la remontada anterior al Alavés cuando era líder en Los Cármenes, y va camino de que Miki Bosch no sea el último cachorro del filial que debute. Las adversidades parecen fortalecer al equipo de Paco López, que dejó al Burgos de Julián Calero con la misma impotencia que al Liverpool de Jürgen Klopp el Real Madrid en la Champions.
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Las celebraciones en El Plantío mostraron la unidad de un equipo en el que empieza a cumplirse aquello de que no hay titulares ni suplentes. Carlos Neva y Óscar Melendo, sin minutos por sorpresa, botaron como los que más para cosechar los tres puntos. Njegos Petrovic, que no juega desde que fue padre, también. Weissman felicitó a Molina como si fuese Ronaldo y Bryan Zaragoza, el eterno revulsivo, sonrió satisfecho porque su rabia si tuvo efecto esta vez.
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