Pánico en Los Cármenes
LA CONTRACRÓNICA ·
La ansiedad vuelve a paralizar a los futbolistas del Granada ante sus hinchas con un nuevo primer tiempo horroroso, como ante el Rayo Vallecano, y ya son cuatro meses y siete partidos sin vencer en el Zaidín en su lucha por salvarseHubo un tiempo, aún con Robert Moreno al mando incluso, en que la permanencia parecía algo sencillo pese a los problemas en los que se ... había metido el equipo al arrancar el año, después de perder consecutivamente en el Santiago Bernabéu y el Reale Arena. Cualquier apuro parecía evitable si el equipo se limitaba a hacer los deberes en casa. Sin embargo, y contra todo pronóstico, lejos de emerger como un fortín Los Cármenes ha terminado convirtiéndose en un territorio hostil. Ya son cuatro meses y siete partidos los que lleva el Granada sin vencer donde todos esperaban que lo hiciera. No gana desde que lo hizo remontando al vigente campeón, el Atlético de Madrid que le aguarda el miércoles en el Wanda Metropolitano, un ya lejano 22 de diciembre.
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Cuesta entender que un equipo que plantó tanta batalla en el Pizjuán frente al Sevilla nueve días atrás, pese a sacar apenas un punto y gracias ante el Rayo Vallecano en superioridad numérica en su estadio la jornada anterior, sea capaz de semejante bochorno de nuevo en su vuelta ante su gente. Pareciera que todo lo que se progresa fuera –porque también se ganó lejos de Granada al Alavés en el único triunfo de Rubén Torrecilla– se desaprendiera en casa. Contra el Levante, el entrenador mantuvo de inicio a Víctor Díaz en una zaga de tres hombres y a Darwin Machís en ataque, pero sentó a Yan Eteki y a Myrto Uzuni para devolver la titularidad a Antonio Puertas y Quini. Con la idea de dar un paso adelante, el equipo sufrió un retroceso.
Los futbolistas volvieron a sufrir una parálisis en el reencuentro con su afición. No se le puede pedir más a la parroquia rojiblanca después de volver a llenar el estadio hasta la bandera como ya hiciera frente al Rayo o el Elche, y no precisamente porque las entradas fuesen más baratas. Desnortados desde el principio, hubo jugadores que acusaron una pesadez impropia como Darwin Machís cuando le lanzaron en alguna carrera u otros como Germán y Domingos atrás, aterrorizados al sentirse desprotegidos. Nunca llegó a fluir el Granada en el partido y esta vez, al contrario que ante el Rayo cuando nada más empezar el segundo tiempo fue expulsado Comesaña tras un indulto a Petrovic a la media hora, Pizarro Gómez decidió cebarse al señalar penalti y roja a Germán para abrir aún más la brecha que ya pudo ser mayor al intermedio.
Parecía imposible, pero la primera parte contra el Levante hizo buena la del Rayo aunque los madrileños obtuviesen menos renta. Ante los valencianos no hubo ni tan siquiera arranque de orgullo apenas, al sumirse el equipo en la depresión generalizada tras quedarse con uno menos. La 'eterna lucha' abandonó a un grupo de futbolistas que si siguieron jugando hacia adelante fue por el empuje de aquellos con menos oportunidades y porque el Levante se lo permitió. Apenas lo enardecieron las decisiones de Pizarro Gómez, ese archienemigo que el granadinismo ha encontrado en el estamento arbitral.
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Luís Maximiano terminó el partido entre lágrimas, consolado por integrantes del Levante, y seguro que hubo más de puertas hacia dentro. Solo unos pocos aguantaron con vergüenza torera en el centro del campo tras el pitido final, exponiéndose al escarnio. El colchón con el descenso es ya de un solo punto a falta de seis partidos, a la espera de lo que el Cádiz haga en el Camp Nou. Por Los Cármenes deben pasar aún Celta, Athletic y Espanyol en la última jornada, pero la situación parece tan disparatada que el Granada parece capaz incluso de vencer en el Wanda y volver a caer en casa luego.
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