Nadie levanta cabeza en el Granada
Otro partido desmoralizante de un equipo, que definitivamente no jugará ya más que por la honra de retrasar el descenso matemático, con futbolistas como Hongla o Villar nuevamente bajo sospecha pese al cambio de entrenador
Nadie levanta cabeza en este Granada que hace meses que se precipita sin remedio alguno hacia Segunda división. Sin importar quiénes les dirija, los futbolistas ... protagonizaron una nueva actuación desmoralizante que en Cádiz vino a confirmar que no jugarán más que por la honra de retrasar el descenso matemático lo máximo posible. Si José Ramón Sandoval pretendía meterse en la 'psique' de sus jugadores y resetearla como si fuera un dispositivo electrónico, más bien debió salir por la otra oreja. Todo fue decepcionante en un derbi andaluz de Viernes Santo 'hypermotionante'.
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Sandoval prometió que no iba a poner a ningún futbolista fuera de sitio, y lo cumplió, pero lo primero que hizo fue meter a uno más atrás como si Juanmi y Chris Ramos fuesen de repente los mejores delanteros brasileños del momento. Una decisión como cualquier otra que no habría resultado tan sangrante de no ser por la inoperancia ofensiva mostrada por el equipo cuando tuvo el balón, incapaz de encadenar cuatro pases consecutivos. Lo de liberar a los jugadores para que jugasen como si nadie les viera, sin la presión de la clasificación, pareció caerse por su propio peso con ese proteccionismo.
Todo lo que trataba de aportar Ricard con la imaginación que podía por la derecha contrastaba con el agujero negro de la izquierda, donde Neva mandaba todo balón que le caía allí donde podía esperar que hubiera algún compañero al sentirse aún más agobiado por la inexistencia de un referente por delante. Melendo y Villar, los dos únicos que, quizás junto a Lucas Boyé, sí saltaron con ganas de tener la pelota en los pies, acabaron desesperados pronto por una noche aciaga de Martin Hongla y Sergio Ruiz; indolente el camerunés, como si se hubiese puesto las botas del revés el cántabro. Nada de lo que el Granada propusiera iba a ninguna parte, más allá del juego directo de Augusto Batalla sobre el propio Boyé.
Si acaso lo más preocupante del derbi en clave de futuro rojiblanco fue que volviese a dejar bajo sospecha a Martin Hongla y Gonzalo Villar por más historia que sea ya Alexander Medina. Titulares ambos en el primer partido de José Ramón Sandoval, acabaron sustituidos al descanso. El de Humanes vino a tratar de redimirles después de que cayeran en desgracia con su predecesor, pero no hubo manera. Con contrato hasta 2027 los dos, costaron más de tres millones y medio de euros al pagar el club 2,5 por el camerunés en invierno y 1,2 por el murciano en verano.
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'Cacique' apuntó hacia la actitud con la que Hongla y Villar entraron desde el banquillo al partido contra la Real Sociedad hace algo menos de un mes, quizás dolidos por sentir que pagaban los platos rotos de la 'manita' del Villarreal. Restablecido de inicio el murciano en Son Moix, el uruguayo le sentó cuando mejor estaba en el encuentro tras brindar a Myrto Uzuni la mejor ocasión de los rojiblancos en el mismo. Tras su cese, Villar no se cortó un pelo al difundir en sus redes sociales que volvía «a disfrutar». En Cádiz, sin embargo, ni él ni ninguno de sus compañeros lo hicieron lo más mínimo. Mucho menos aún los aficionados granadinistas que se desplazaron para verles.
Sandoval, pacificador por naturaleza, tendrá mimo con aquellos que forman parte del patrimonio del Granada de aquí al final de la temporada. También Hongla y Villar lo son. Los futbolistas ya solo pueden aspirar a despedir la temporada sin mirar al suelo.
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