Antonio Puertas, junto a Pellistri y Sergio Ruiz, en el entrenamiento de este sábado. José Miguel Baldomero
Despedida

Los Cármenes dice adiós a Puertas y Víctor Díaz, leyendas del club

El almeriense, emblema del mejor Granada, disputará sus últimos minutos de rojiblanco en casa, tras sumar diez cursos entre filial y primer equipo. También habrá homenaje a Víctor Díaz, que cuelga las botas

Rafael Lamelas

Granada

Sábado, 18 de mayo 2024, 22:44

Los Cármenes se despide de Primera división y muchos futbolistas también del Granada, pero ningún adiós será tan sentido como el de Antonio Puertas, uno ... de los grandes protagonistas de la etapa más excelsa de la historia del club y canterano.

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Aquel equipo conquistó la etiqueta 'Euro' y se personalizó en la figura de su entrenador, el gran Diego Martínez, aunque él siempre descargó los halagos en sus futbolistas. Puertas no era el más reputado de ellos. Había otros más rápidos, con más clase y gol, pero el valor de este almeriense reposaba en su implicación, que en algunos momentos le elevó a un nivel de superación que ni él mismo habría pronosticado. Derrotó cualquier prejuicio. Lleva la 'eterna lucha' adentro. Como Víctor Díaz, que también será homenajeado por el club, aunque no pueda disputar minutos.

Puertas dio tardes de gloria desde los flancos hacia el área, con esa intuición para aparecer en lugares clave. Lucía esa característica ligera joroba al correr que no le impedía limpiarse a los rivales. De él siempre se ha dicho que si le salía el primer regate se podía esperar todo. Era un poco torero. Siempre se comportó como un buen compañero, leal a sus entrenadores, hasta que unas molestias en las costillas le perjudicaron desde la temporada pasada. Le dieron la lata y le reaparecieron hace pocas semanas. Es lo que explica que no haya estado en las últimas convocatorias. Aún maltrecho, forzará en su 'hasta siempre' a la entidad, pues la dirección no le renovará, a sus 32 años.

Nunca lo tuvo fácil. Llegó en un mercado de invierno al Granada B (hoy Recreativo) desde un Poli Ejido en disolución, tras pasar por los juveniles de Villarreal y Almería, donde no le hicieron el caso que le habría gustado. Al aparecer en la ciudad de la Alhambra le descubrieron una lesión en el peroné que le tuvo parado meses. El filial rojiblanco, entonces en Primera Andaluza (lo que hoy sería la 3ª RFEF) logró el ascenso a Tercera división, una categoría a la que llegó a caer el primer equipo en sus momentos más aciagos. En esa segunda temporada, Puertas resultó un ciclón y el Granada B saltó a la Segunda B. Brillaba como mediapunta y justo cuando iba a debutar con los 'mayores' en Copa, en un partido contra el Zaragoza, la dirección paró su estreno porque no había renovado su contrato. El tema se enquistó y finalmente Puertas se volvió a su tierra, al Almería.

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Acumuló minutos en el filial indálico para luego saltar en su segundo año al conjunto 'A', que estaba en la 'división de plata', pero no jugó demasiado. Al tercero sí y llamó la atención del Granada de nuevo, ya con otros dirigentes, aunque permaneciera David Peláez en la estructura, el granadino que le captó la primera vez. Llegó a unos nazaríes recién descendidos con vitola de titular, pero no terminó de cuajar con José Luis Oltra en el banquillo. Fue una campaña extraña, en la que luego pasaron Morilla y Portugal dándole más confianza, pero el equipo acabó en mitad de la tabla y Puertas, con sensaciones agrias.

Diego Martínez

Todo cambió cuando se cruzó en su vida Diego Martínez. Le comprendió y le otorgó su espacio. Puertas se lo premió siendo el máximo goleador en Segunda, una contribución clave para volver con los mejores. Lo demás forma parte del relato más evocador del club. Dos permanencias seguidas, una semifinal de Copa y unos cuartos de final de la Europa League. El respeto del fútbol.

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Lo pasó fatal con el covid tras aquel positivo en Chipre de donde regresó en un avión medicalizado. Aunque sea un dato que pasa desapercibido, varias semanas después, en Nápoles, tuvo que jugar de imprevisto por la lesión en el calentamiento de Machís. Como todos aquel día, se entregó al máximo, todo coronado con el pase de ronda.

Es cierto que el rendimiento de Puertas ha ido a menos, pero jamás se borró en estas diez temporadas no seguidas, entre filial y primer equipo, en las que ha dado todo lo que tenía dentro. Rechazó en su momento una oferta mucho mejor del Espanyol por tal de seguir vistiendo esta camiseta. Se quedó sin dudarlo tras el descenso mientras otros huían. Nunca se quejó y hasta ha llevado con cautela que no le extiendan la vinculación. Con 251 partidos ya con el primer equipo, se marcha una leyenda con honores. También Víctor Díaz, que cuelga las botas. Solo quedará Neva de los que llegaron hasta Old Trafford.

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Víctor Díaz alza la copa de campeón de Segunda. Pepe Marín

El gran capitán cuelga las botas, pero también tendrá su homenaje

Víctor Díaz concluye también un ciclo de siete temporadas en el primer equipo del Granada, como Antonio Puertas. Él no pasó por el filial, pero desde su fichaje se implicó hasta el tuétano. Llegaron a la par y juntos afrontaron mil aventuras, el sevillano siempre como uno de los capitanes, el principal desde el ascenso con Diego Martínez. También recibirá su homenaje aunque no pueda jugar. En un gesto honroso, cedió su ficha en el mercado invernal por si tenía que ser ocupada, al tener un problema crónico en la rodilla que le impedía competir en condiciones y que ha sobrellevado en los últimos años. Pese a ello, no ha dejado de entrenarse con el grupo hasta la fecha, siempre en su función de líder del vestuario, transmisor de los valores más positivos del fútbol. Su última alegría, alzar la copa de campeón de Segunda, en un curso en el que se ganó en el campo la renovación por partidos. En su legado, experiencias similares a las de Puertas. Cuelga las botas y todavía no ha definido a qué se dedicará en el futuro.

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