Un capitán fundido pero inquebrantable

Sin embargo, Germán hizo notar su veteranía y peso específico en el equipo anticipando, defendiendo bien los espacios y manteniendo la serenidad a la hora de scar el balón. Sí es cierto que, como el resto de los defensas centrales del equipo, sufrió un desgaste que deja la sensación de que su temporada fue de más a menos.

Con el paso de los meses su físico se resintió, no con lesiones graves sino con un evidente cansancio que lastró su habitual vigor en la defensa del área pequeña. Los problemas físicos de Vallejo y los errores de Nehuén le privaron del descanso que exigía su temporada, por lo que acabó cometiendo errores puntuales de concentración. Penalizó también los peores momentos de Domingos, que atravesó un momento difícil en el final del curso.

En cifras alejadas de su demarcación, Germán hizo un buen año. Repartió una asistencia y anotó cuatro tantos gracias a su portentoso remate. Para el recuerdo queda el gol en su Carranza natal. De hecho, ese imán para los balones aéreos le hizo acabar varios partidos como Alexanco, reconvertido en un improvisado delantero para buscar la machada del empate. Fundido, pero feliz, el central ha firmado en tres años lo que otros no logran en toda una carrera.