Capitán del filial, tuvo premio ante su Celta

Pasado ese curso, Barcia continuó en Granada y se consolidó como uno de los jefes de la defensa de Torrecilla en el Recreativo. Completó entrenamientos con el primer equipo en pretemporada ante la falta de opciones antes de la llegada de Abram. Sin embargo, se vio claramente rebasado por el otro central del filial, Raúl Torrente. Ambos comparten manejo del juego aéreo y el gusto por sacar el balón jugado. Sin embargo, Robert Moreno vio más cualidades en el murciano, que ya había tenido más protagonismo en verano. El gallego quedó como líder y capitán del Recre.

Ni siquiera en Copa del Rey tuvo ocasión de ir convocado y tener minutos. A pesar de no contar en el primer equipo, fue de los más destacados en 2ª RFEF. A pesar de jugar en una demarcación muy retrasada, se destapó como goleador gracias a dos facetas. Una, la de cabeceador a balón parado. La otra, la de lanzador de penaltis. Fueron los dos caminos para alcanzar seis goles. Todos ellos significaron puntos.

No obstante, el fútbol le tenía deparada una sorpresa. Como muchas de las oportunidades para un joven, llegó en un contexto negativo. Karanka, en su segundo partido, se quedó sin centrales. Quini, Víctor Díaz y Duarte estaban sancionados, y Torrente lesionado. El vasco apostó por Barcia precisamente ante el club de su vida y en cuya cantera se formó, el Celta. Tuvo la misión de frenar a Iago Aspas. Aunque lo acabó sufriendo, no se arrugó ni desentonó en una situación muy compleja. En Segunda, puede llegar su salto al primer equipo.