El camino

Ante un rival de campanillas que ha venido ocupando la segunda plaza del campeonato durante muchas jornadas, el Granada se plantó con criterio en la primera parte, dificultando la construcción sevillista y dando un zarpazo de la escuela de Machís para adelantarse. Interesante la ubicación de Uzuni en el lateral derecho para recuperar los tres centrales. Lo peor, la lesión del joven Torrente, suplido por Germán. Un despiste en la concentración defensiva de Petrovic permitió la igualada a un Sevilla que no fluía como deseaba Lopetegui.

La primera fase de la segunda parte fue un acoso y derribo del Sevilla, con un Navas que hacía mucho daño por el lado de un Escudero desbordado. Se veía venir el segundo gol, que aconteció por la otra banda, la de Uzuni, en una jugada que por milímetros no incurrió en fuera de juego. Torrecilla puso toda la carne en el asador, con Soro, Arezo y Molina. Tras dos casi goles de Uzuni y Arezo, un remate a bocajarro de Víctor Díaz tras un córner devolvía las tablas. Se veía cerca puntuar, pero un descuento de nueve minutos dio oportunidades a los locales, con su calidad, para decantar el encuentro. Un nuevo desequilibrio en la zona central de la defensa costó el tercer gol. Aunque los granadinistas reaccionaron con gallardía, la suerte estaba echada.

Se cayó con dignidad; se demostró que el equipo confía en sus posibilidades para competir y que en Primera los despistes se pagan muy caro. Hay que quedarse con lo positivo de la actuación y afrontar con garra y convicción la final de la próxima jornada ante el Levante. Ganar puede ser media permanencia. En Sevilla se atisbó el camino