Gol bien anulado por juego peligroso y penalti claro sobre Carrillo no pitado

Al rechace, que botó casi sobre la línea, acudieron ambos. El luso, con las manos para palmear el peligro; y el delantero con una patada voladora más propia de kárate que de fútbol. El franjiverde llegó antes, con la plancha por delante, y empujó el balón a gol antes de dar con los tacos en las manos a Maximiano. Al principio se dio gol, pero las protestas rojiblancas y la decisiva intervención del VAR anularon correctamente el tanto por juego peligroso. Y es que acudir a ese balón dividido presentando los tacos fue una imprudencia que pudo costar caro a cualquiera que se interpusiera en el gol.

A los pocos minutos, mismos protagonistas en una jugada también polémica y con un final que dejó descontentos a los ilicitanos. Mojica puso un balón muy preciso hacia la cabeza de Carrillo. Maximiano no midió bien y salió con las manos extendidas -no con los puños-. El delantero remató desviado y luego recibió en el rostro el impacto del portero, que llegó tardísimo. Un penalti muy claro que el árbitro no apreció. El VAR no acudió en esta ocasión a su rescate, pero el contacto fue bastante evidente, como se indica en la fotografía.

En la segunda parte hubo una jugada de peso en la que el árbitro acertó sin duda. Se trata de la expulsión directa de Diego González. El defensa tuvo un grosero error de concentración y, siendo el último jugador de su equipo, perdió ante Luis Suárez. Agarró al colombiano para que no se plantara ante Badía y Cordero Vega no tuvo otra que mostrarle la roja.