Antoñín no viaja a la concentración

El futbolista se quedó en Granada y continuará acudiendo a la Ciudad Deportiva del club para ejercitarse, en principio junto a la plantilla del Recreativo, que además anda corta de efectivos tras echar a andar siete días después que el primer equipo. Antoñín aguarda un nuevo destino, abocado a una nueva cesión que ya sería la quinta consecutiva en tres años, al firmar hasta 2024 en febrero de 2020, cuando el club pagó en torno a un millón y medio de euros por él al Málaga.

A sus 19 años por entonces, acababa de debutar en Segunda división con el club de su vida, el Málaga, y llevaba cuatro goles en su cuenta. Solo pudo añadir uno como rojiblanco (con debut en los últimos minutos de la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey contra el Athletic en Los Cármenes), tras reiniciarse la competición después el parón por el confinamiento domiciliario al inicio de la pandemia, en una visita al Alavés en Mendizorroza y a trompicones. Participaría en nueve encuentros en la máxima categoría.

Descartado por Diego Martínez para el 'EuroGranada' pese a ser llamado por la selección española sub-21 que entonces comandaba el actual responsable absoluto Luis de la Fuente, Antoñín inició su rueda de préstamos en el Rayo Vallecano de Andoni Iraola en Segunda división. Jugó 30 partidos, titular en 16, con seis goles en Liga (entre ellos, el de su debut frente al Málaga en Vallecas) y otro en Copa del Rey.

Al siguiente ejercicio buscaría el calor del hogar, en Málaga, para relanzar su carrera de nuevo en Segunda división. Jugó 31 partidos, titular en 17, y aportó tres dianas. Sin embargo, acabó apartado del equipo por trascender un vídeo en el que aparecía jugando a fútbol sala en su barrio, El Palo, en plena pelea por la permanencia de su equipo ya en la recta final del campeonato.

Antoñín tuvo que salir de España la pasada temporada y acabó jugando media campaña en Portugal y la otra media en Chipre. El Vitória de Guimaraes (que ahora ha comprado a Adri Butzke) le abrió sus puertas en verano y, tras jugar solo seis partidos con una sola titularidad en la vuelta de la tercera ronda de clasificación para la Conference League, cuando acabó sustituido al descanso, buscó una salida en invierno.

Encontró acomodo en el Anorthosis Famagusta de la máxima categoría chipriota, con el que sí alcanzó la regularidad de disputar 21 encuentros, titular en 11, con cinco goles bajo el brazo. «Estos cinco meses fueron muy bonitos», agradeció en su despedida tras volver a disfrutar del fútbol allí.

Sin embargo, Antoñín sabía que aquello no le iba a garantizar una oportunidad con el Granada, de vuelta a Primera división, y ahora se ve obligado a buscarse un nuevo destino.